sábado, 1 de noviembre de 2008

Los imprudentes

Había una vez, un grupo de jóvenes llamados Ángot, Thorse, Dungeon y Tonga. Ellos estaban cazando un jabalí en las montañas cuando divisaron a lo lejos, lo que parecía ser un pueblo. Se acercaron hasta ahí y vieron unas casas de piedra bastante destruidas, por el tiempo y el clima; conectada por puentes de madera de cedro carcomida y columnas. Se adentraron en una de estas casas y contemplaron una pieza de oro, y un mensaje en el techo que decía: “que quien arrebatara este objeto a su dueño y lo mostrara al sol dentro de la ciudad se convertiría en polvo”. Pero en su imprudencia y ambición, Tonga se guardó la pieza y el lugar comenzó a derrumbarse. En ese momento, caían piedras que poseían el tamaño de ellos y columnas de cinco metros de alto. Al salir (milagrosamente), los cuatro amigos se miraron con atención y Dungeon dijo:
- Eres un imprudente, le dijo a Tonga.
- No fue mi culpa, era muy brillante.
- Tiene razón Dungeon, dijo Thorse.
- Es verdad, tienes que ser más inteligente y pensar antes de actuar, replicó Ángot.
- Perdónenme, pero miren lo brillante que es…
En ese mismo instante, Tonga se convirtió en polvo. Sus amigos tomaron el objeto, con la ropa del difunto y siguieron corriendo hasta encontrar una bifurcación. Por un lado, vieron una casa muy rara y por el otro, una normal. Eligieron el primer camino. Ingresaron en esta casa, que en realidad, era más grande de lo normal y más extraña por su forma entramada. Al entrar allí, se encontraron con un nigromante (especie de hechicero pero más fuerte). Lo llamaban “Darkside”. Los desafió a dos pruebas para poder salir del pueblo: matar a un jabalí de ojos negros como la oscuridad y destruir a un dragón de las tinieblas.
El nigromante desapareció en un instante. Ellos salen de este lugar y divisan al jabalí. Lo primero que se les ocurrió fue arrojarle piedras del suelo para llamar su atención. Cuando el jabalí los vio, reaccionó muy ferozmente. Entraron en pánico y el brutal animal, asestó un golpe a Ángot. Thorse y Dungeon derribaron al jabalí con una daga pero le pegaron tan fuerte que atravesaron al animal y mataron a Ángot. Acto seguido, el cielo se nubla y el ambiente se vuelve lúgubre obstruyendo la visión de los dos. De repente, aparece un dragón negro y rojo, de piel escamosa, dientes afilados, de dos cabezas, con dos alas y un malvado corazón. Los atacó con un ardiente fuego con lo cual quemó los árboles de los alrededores. Se subieron al lomo del dragón por la cola y se aferraron con sus dagas. Este monstruo estaba herido y chorreaba sangre negra. Se desespera y comienza a sacudirse tratando de tirarlos fuera de su cuerpo. Quince minutos más tarde, llegaron al cuello del dragón y se lo cortaron de un solo golpe. Después de matarlo, aparece el nigromante y los deja salir del pueblo.
Volvieron a sus casas con mucha tristeza ya que habían muerto sus dos amigos y tuvieron que actuar como si no hubiese pasado nada.

Seudónimo: Simonsays
Nivel A
Categoría: De la imagen a la palabra

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