jueves, 11 de diciembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

¡¡¡Felicitaciones a los ganadores!!!!

PREMIOS LITERILLIA 2008

Nivel A (7º)

*De la imagen a la palabra

Primer premio: "El castillo de Lucifer" de Juan Lewkowicz 7º 1ª( Dior Eluchil )

Segundo premio: 'Nacidos en las nubes" de Sol Aguirre y Daniela Alvarez Urrutia 7º1ª( Pablo Martínez)

Primera mención : " El gran árbol de las montañas del sur" de Lucía García Martínez 7º3ª (Luna Pérez)

Segunda mención: "Emociones" de Rosario Magalí Duarte 7º 3ª(María Agustina Fusha)

Nivel B (8º y 9º)

*Tema libre
Primer premio: " La curandera del desierto" de Joaquín Galindo 9º 3ª (Parabool)

*De la imagen a la palabra
Primer premio: "Un escape del papel " de Lautaro Wax 9º 3ª (Stefano Demarco)


Nivel C ( Polimodal)

*Tema libre
Primer premio: "Todo lo sólido se desvanece en el aire" de Ladislao Ferando 1º4ª (Tacss)

Mención: "Historia y recuerdos. Decisión" de Yara Yanina Martínez 1º2ª (Manami)

*De la imagen a la palabra
Primer premio:" El sentido" de Paula Fernández Vega y José Calandra 1º4ª (Hombre esquizoide del siglo XXI)

Mención: "La danza prohibida" de Malú Martín y Candela del Valle (Cat Malfoi )

sábado, 1 de noviembre de 2008

Los imprudentes

Había una vez, un grupo de jóvenes llamados Ángot, Thorse, Dungeon y Tonga. Ellos estaban cazando un jabalí en las montañas cuando divisaron a lo lejos, lo que parecía ser un pueblo. Se acercaron hasta ahí y vieron unas casas de piedra bastante destruidas, por el tiempo y el clima; conectada por puentes de madera de cedro carcomida y columnas. Se adentraron en una de estas casas y contemplaron una pieza de oro, y un mensaje en el techo que decía: “que quien arrebatara este objeto a su dueño y lo mostrara al sol dentro de la ciudad se convertiría en polvo”. Pero en su imprudencia y ambición, Tonga se guardó la pieza y el lugar comenzó a derrumbarse. En ese momento, caían piedras que poseían el tamaño de ellos y columnas de cinco metros de alto. Al salir (milagrosamente), los cuatro amigos se miraron con atención y Dungeon dijo:
- Eres un imprudente, le dijo a Tonga.
- No fue mi culpa, era muy brillante.
- Tiene razón Dungeon, dijo Thorse.
- Es verdad, tienes que ser más inteligente y pensar antes de actuar, replicó Ángot.
- Perdónenme, pero miren lo brillante que es…
En ese mismo instante, Tonga se convirtió en polvo. Sus amigos tomaron el objeto, con la ropa del difunto y siguieron corriendo hasta encontrar una bifurcación. Por un lado, vieron una casa muy rara y por el otro, una normal. Eligieron el primer camino. Ingresaron en esta casa, que en realidad, era más grande de lo normal y más extraña por su forma entramada. Al entrar allí, se encontraron con un nigromante (especie de hechicero pero más fuerte). Lo llamaban “Darkside”. Los desafió a dos pruebas para poder salir del pueblo: matar a un jabalí de ojos negros como la oscuridad y destruir a un dragón de las tinieblas.
El nigromante desapareció en un instante. Ellos salen de este lugar y divisan al jabalí. Lo primero que se les ocurrió fue arrojarle piedras del suelo para llamar su atención. Cuando el jabalí los vio, reaccionó muy ferozmente. Entraron en pánico y el brutal animal, asestó un golpe a Ángot. Thorse y Dungeon derribaron al jabalí con una daga pero le pegaron tan fuerte que atravesaron al animal y mataron a Ángot. Acto seguido, el cielo se nubla y el ambiente se vuelve lúgubre obstruyendo la visión de los dos. De repente, aparece un dragón negro y rojo, de piel escamosa, dientes afilados, de dos cabezas, con dos alas y un malvado corazón. Los atacó con un ardiente fuego con lo cual quemó los árboles de los alrededores. Se subieron al lomo del dragón por la cola y se aferraron con sus dagas. Este monstruo estaba herido y chorreaba sangre negra. Se desespera y comienza a sacudirse tratando de tirarlos fuera de su cuerpo. Quince minutos más tarde, llegaron al cuello del dragón y se lo cortaron de un solo golpe. Después de matarlo, aparece el nigromante y los deja salir del pueblo.
Volvieron a sus casas con mucha tristeza ya que habían muerto sus dos amigos y tuvieron que actuar como si no hubiese pasado nada.

Seudónimo: Simonsays
Nivel A
Categoría: De la imagen a la palabra

El castillo de Lucifer

Un hombre de edad avanzada trabajaba de constructor de barcos y ya había juntado dinero como para retirarse. Fue entonces cuando escucho el rumor : había una ciudad donde las calles estaban regadas de oro y pensó que su retiro seria más placentero en ese lugar. Así que gastó gran parte de sus ahorros para ir a la supuesta ciudad de oro.
Pero en esta ciudad la vida era tan dura como en cualquier otro lado. Así que hizo lo mejor que sabia hacer: construyó una nave, esta vez para él.
Se convirtió en una especie de marino mercante y hubo un momento en el que tuvo dinero suficiente como para pensar en retirarse. Pero una tormenta durante uno de sus viajes le arrebató una vez más sus sueños. Destruyó su nave y lo envió a una isla de buen tamaño pero desierta. Como aún conservaba su yesca pudo hacer fuego y consiguió una gran tortuga como alimento. Al día siguiente encontró algunos aparejos y el mástil de la nave, y junto con un poco de madera de los árboles cercanos construyó un velerito andrajoso. Así pudo conseguir comida como huevos de tortuga o peces.
Pronto armó su vida de esta manera y de vez en cuando cambiaba algunas cosas como huevos de tortuga a algún navegante a cambio de utensilios de primera necesidad o manjares para variar el menú.
Un día, como para hacer algo pensó y al pensarlo lo dijo:
---- ¿Que estará haciendo Lucifer?
Y el diablo, como cada vez que lo nombran, apareció.
El náufrago, como para disimular el miedo que le tenía se sentó a charlar con él de las delicias de la vida en el mar. Hasta que el diablo dijo:
----¡Basta!¡Me tentaste! Te pido que me lleves en tu bote al mar y a cambio te daré la oportunidad de que me hagas 3 preguntas y si yo las respondo mal te daré lo que me pidas (el diablo se tenia por sabio).
Cuando estuvieron en alta mar el hombre le pregunto:
----¿ Por qué los tiburones comen otros peces y no algas?
----No sé, nunca me interesaron lo animales por que no tienen alma
----Vale, pero me anoto un punto.
Luego le preguntó:
---- ¿Por qué los cangrejos caminan de costado?
----¡Por mi abuelo! Y sigue con los animales.
----No importa, me anoto otro punto
Por último cuestionó:
----Hace un momento dijiste: “por mi abuelo” ¿Quién fue tu abuelo?
El diablo nunca se había interesado en sus antepasados así que respondió:
----Tú ganas, pide tu deseo.
----Quiero un castillo completo, con sirvientes y todo.
En cuanto llegaron a la orilla le fue concedido el deseo, luego el diablo le pidió que no le dijera a nadie de su vergonzosa derrota.
El hombre vivió feliz hasta el fin de sus días (que terminaron cuando se atragantó con el carozo de una aceituna en su castillo).

Seudónimo: Dior Eluchil
NIVEL : A
CATEGORIA : DE LA IMAGEN A LA PALABRA

martes, 28 de octubre de 2008

Lejos de la revolución

Salgo de mi cuerpo sin permiso y por un rato, y puedo ver tirado en una cama oscura y caliente a ese hombre que soy yo: un hombre lleno de miedos que partirá a la revolución.
Y ese hombre lleno de miedos que mañana partirá a la revolución pasa las horas previas a aquel gran evento. Despacio y sin alertar, los minutos se llenan de dudas e intrigas, de preguntas que no podrán encontrar una respuesta hasta mañana o quizás no hallen contestación jamás: ¿qué será de mí y de todos después de la revolución?
Vuelvo a mi cuerpo y me levanto sin apuro. Este hombre que soy yo se viste y toma el arma que ayer le dejó el general. Entonces vuelve la sensación de aquel lunes cuando estuvo entre mis manos por primera vez: el frío del metal se transmite a las manos y no tarda mucho en llegar al alma.
Morir o matar será la cuestión y eso todos lo saben: debo jurar por la causa, por esa sangre ajena que correrá por mis manos, por la sangre caliente que recorre el cuerpo de este hombre que soy yo y tal vez mañana podrá bañar los dedos largos y orgullosos de algún sucio conservador.
Veo entrar distantes los rayos del sol de junio por una pobre ventana y desde lejos suena el timbre de mi frío cuartucho, que me grita como si supiera que dudo en ir, que ya llegó la hora y que quizás, aunque sepa que se trata de cobardía revolucionaria, prefiera quedarme donde infeliz y seguro estoy.
Salgo simulando estar tranquilo, activando mis sentidos y de repente comienzo a formar parte del evento: ahora es hora de temer. Ahora y no ayer, y no mañana, ¡ahora!
Entonces veo venir al enemigo armado, seguro y programado, con sus ojos clavados en mí y en todo lo que representa mi alma.
Un ruido, un grito: la sensación de calor que comenzó pequeña y por mi espalda se propaga por todo el cuerpo.
Y es entonces cuando salgo de mi cuerpo sin permiso, pero esta vez ya no es por un rato; aunque no lo quiera será para siempre.
Y ya sé qué será de mí pero... ¿adónde irá a parar todo después de la revolución?

Seudónimo:Julia Denis
Categoría:Tema libre.
Nivel: C polimodal