jueves, 11 de diciembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

¡¡¡Felicitaciones a los ganadores!!!!

PREMIOS LITERILLIA 2008

Nivel A (7º)

*De la imagen a la palabra

Primer premio: "El castillo de Lucifer" de Juan Lewkowicz 7º 1ª( Dior Eluchil )

Segundo premio: 'Nacidos en las nubes" de Sol Aguirre y Daniela Alvarez Urrutia 7º1ª( Pablo Martínez)

Primera mención : " El gran árbol de las montañas del sur" de Lucía García Martínez 7º3ª (Luna Pérez)

Segunda mención: "Emociones" de Rosario Magalí Duarte 7º 3ª(María Agustina Fusha)

Nivel B (8º y 9º)

*Tema libre
Primer premio: " La curandera del desierto" de Joaquín Galindo 9º 3ª (Parabool)

*De la imagen a la palabra
Primer premio: "Un escape del papel " de Lautaro Wax 9º 3ª (Stefano Demarco)


Nivel C ( Polimodal)

*Tema libre
Primer premio: "Todo lo sólido se desvanece en el aire" de Ladislao Ferando 1º4ª (Tacss)

Mención: "Historia y recuerdos. Decisión" de Yara Yanina Martínez 1º2ª (Manami)

*De la imagen a la palabra
Primer premio:" El sentido" de Paula Fernández Vega y José Calandra 1º4ª (Hombre esquizoide del siglo XXI)

Mención: "La danza prohibida" de Malú Martín y Candela del Valle (Cat Malfoi )

sábado, 1 de noviembre de 2008

Los imprudentes

Había una vez, un grupo de jóvenes llamados Ángot, Thorse, Dungeon y Tonga. Ellos estaban cazando un jabalí en las montañas cuando divisaron a lo lejos, lo que parecía ser un pueblo. Se acercaron hasta ahí y vieron unas casas de piedra bastante destruidas, por el tiempo y el clima; conectada por puentes de madera de cedro carcomida y columnas. Se adentraron en una de estas casas y contemplaron una pieza de oro, y un mensaje en el techo que decía: “que quien arrebatara este objeto a su dueño y lo mostrara al sol dentro de la ciudad se convertiría en polvo”. Pero en su imprudencia y ambición, Tonga se guardó la pieza y el lugar comenzó a derrumbarse. En ese momento, caían piedras que poseían el tamaño de ellos y columnas de cinco metros de alto. Al salir (milagrosamente), los cuatro amigos se miraron con atención y Dungeon dijo:
- Eres un imprudente, le dijo a Tonga.
- No fue mi culpa, era muy brillante.
- Tiene razón Dungeon, dijo Thorse.
- Es verdad, tienes que ser más inteligente y pensar antes de actuar, replicó Ángot.
- Perdónenme, pero miren lo brillante que es…
En ese mismo instante, Tonga se convirtió en polvo. Sus amigos tomaron el objeto, con la ropa del difunto y siguieron corriendo hasta encontrar una bifurcación. Por un lado, vieron una casa muy rara y por el otro, una normal. Eligieron el primer camino. Ingresaron en esta casa, que en realidad, era más grande de lo normal y más extraña por su forma entramada. Al entrar allí, se encontraron con un nigromante (especie de hechicero pero más fuerte). Lo llamaban “Darkside”. Los desafió a dos pruebas para poder salir del pueblo: matar a un jabalí de ojos negros como la oscuridad y destruir a un dragón de las tinieblas.
El nigromante desapareció en un instante. Ellos salen de este lugar y divisan al jabalí. Lo primero que se les ocurrió fue arrojarle piedras del suelo para llamar su atención. Cuando el jabalí los vio, reaccionó muy ferozmente. Entraron en pánico y el brutal animal, asestó un golpe a Ángot. Thorse y Dungeon derribaron al jabalí con una daga pero le pegaron tan fuerte que atravesaron al animal y mataron a Ángot. Acto seguido, el cielo se nubla y el ambiente se vuelve lúgubre obstruyendo la visión de los dos. De repente, aparece un dragón negro y rojo, de piel escamosa, dientes afilados, de dos cabezas, con dos alas y un malvado corazón. Los atacó con un ardiente fuego con lo cual quemó los árboles de los alrededores. Se subieron al lomo del dragón por la cola y se aferraron con sus dagas. Este monstruo estaba herido y chorreaba sangre negra. Se desespera y comienza a sacudirse tratando de tirarlos fuera de su cuerpo. Quince minutos más tarde, llegaron al cuello del dragón y se lo cortaron de un solo golpe. Después de matarlo, aparece el nigromante y los deja salir del pueblo.
Volvieron a sus casas con mucha tristeza ya que habían muerto sus dos amigos y tuvieron que actuar como si no hubiese pasado nada.

Seudónimo: Simonsays
Nivel A
Categoría: De la imagen a la palabra

El castillo de Lucifer

Un hombre de edad avanzada trabajaba de constructor de barcos y ya había juntado dinero como para retirarse. Fue entonces cuando escucho el rumor : había una ciudad donde las calles estaban regadas de oro y pensó que su retiro seria más placentero en ese lugar. Así que gastó gran parte de sus ahorros para ir a la supuesta ciudad de oro.
Pero en esta ciudad la vida era tan dura como en cualquier otro lado. Así que hizo lo mejor que sabia hacer: construyó una nave, esta vez para él.
Se convirtió en una especie de marino mercante y hubo un momento en el que tuvo dinero suficiente como para pensar en retirarse. Pero una tormenta durante uno de sus viajes le arrebató una vez más sus sueños. Destruyó su nave y lo envió a una isla de buen tamaño pero desierta. Como aún conservaba su yesca pudo hacer fuego y consiguió una gran tortuga como alimento. Al día siguiente encontró algunos aparejos y el mástil de la nave, y junto con un poco de madera de los árboles cercanos construyó un velerito andrajoso. Así pudo conseguir comida como huevos de tortuga o peces.
Pronto armó su vida de esta manera y de vez en cuando cambiaba algunas cosas como huevos de tortuga a algún navegante a cambio de utensilios de primera necesidad o manjares para variar el menú.
Un día, como para hacer algo pensó y al pensarlo lo dijo:
---- ¿Que estará haciendo Lucifer?
Y el diablo, como cada vez que lo nombran, apareció.
El náufrago, como para disimular el miedo que le tenía se sentó a charlar con él de las delicias de la vida en el mar. Hasta que el diablo dijo:
----¡Basta!¡Me tentaste! Te pido que me lleves en tu bote al mar y a cambio te daré la oportunidad de que me hagas 3 preguntas y si yo las respondo mal te daré lo que me pidas (el diablo se tenia por sabio).
Cuando estuvieron en alta mar el hombre le pregunto:
----¿ Por qué los tiburones comen otros peces y no algas?
----No sé, nunca me interesaron lo animales por que no tienen alma
----Vale, pero me anoto un punto.
Luego le preguntó:
---- ¿Por qué los cangrejos caminan de costado?
----¡Por mi abuelo! Y sigue con los animales.
----No importa, me anoto otro punto
Por último cuestionó:
----Hace un momento dijiste: “por mi abuelo” ¿Quién fue tu abuelo?
El diablo nunca se había interesado en sus antepasados así que respondió:
----Tú ganas, pide tu deseo.
----Quiero un castillo completo, con sirvientes y todo.
En cuanto llegaron a la orilla le fue concedido el deseo, luego el diablo le pidió que no le dijera a nadie de su vergonzosa derrota.
El hombre vivió feliz hasta el fin de sus días (que terminaron cuando se atragantó con el carozo de una aceituna en su castillo).

Seudónimo: Dior Eluchil
NIVEL : A
CATEGORIA : DE LA IMAGEN A LA PALABRA

martes, 28 de octubre de 2008

Lejos de la revolución

Salgo de mi cuerpo sin permiso y por un rato, y puedo ver tirado en una cama oscura y caliente a ese hombre que soy yo: un hombre lleno de miedos que partirá a la revolución.
Y ese hombre lleno de miedos que mañana partirá a la revolución pasa las horas previas a aquel gran evento. Despacio y sin alertar, los minutos se llenan de dudas e intrigas, de preguntas que no podrán encontrar una respuesta hasta mañana o quizás no hallen contestación jamás: ¿qué será de mí y de todos después de la revolución?
Vuelvo a mi cuerpo y me levanto sin apuro. Este hombre que soy yo se viste y toma el arma que ayer le dejó el general. Entonces vuelve la sensación de aquel lunes cuando estuvo entre mis manos por primera vez: el frío del metal se transmite a las manos y no tarda mucho en llegar al alma.
Morir o matar será la cuestión y eso todos lo saben: debo jurar por la causa, por esa sangre ajena que correrá por mis manos, por la sangre caliente que recorre el cuerpo de este hombre que soy yo y tal vez mañana podrá bañar los dedos largos y orgullosos de algún sucio conservador.
Veo entrar distantes los rayos del sol de junio por una pobre ventana y desde lejos suena el timbre de mi frío cuartucho, que me grita como si supiera que dudo en ir, que ya llegó la hora y que quizás, aunque sepa que se trata de cobardía revolucionaria, prefiera quedarme donde infeliz y seguro estoy.
Salgo simulando estar tranquilo, activando mis sentidos y de repente comienzo a formar parte del evento: ahora es hora de temer. Ahora y no ayer, y no mañana, ¡ahora!
Entonces veo venir al enemigo armado, seguro y programado, con sus ojos clavados en mí y en todo lo que representa mi alma.
Un ruido, un grito: la sensación de calor que comenzó pequeña y por mi espalda se propaga por todo el cuerpo.
Y es entonces cuando salgo de mi cuerpo sin permiso, pero esta vez ya no es por un rato; aunque no lo quiera será para siempre.
Y ya sé qué será de mí pero... ¿adónde irá a parar todo después de la revolución?

Seudónimo:Julia Denis
Categoría:Tema libre.
Nivel: C polimodal

“La casa del desasosiego”

“Otra vez, dando la nota…”, hubiera dicho el recordado Abuelo Horacio, pero no era él quien estaba en ese momento, por ello, la frase, con el mismo significado, había sido distinta: vulgar, llena de odio, repudio y asco. Esta vez, no había sido mi intención no haber cuidado al bebé mientras mamá y “El Grandote” no estaban. Simplemente me había distraído un rato. Igualmente, me hubiese excusado como me hubiese excusado, incluso con algo infalible, hubiese ligado esa buena paliza y el sinnúmero de insultos que iban de la primera a la última letra de abecedario, eso no cabía duda.

Me había encerrado inmediatamente en mi pequeña y lúgubre habitación, apenas decorada con un póster de Ferrocarril Oeste, que reposaba sobre una pared asquerosamente húmeda con pintura descascarada. Jamás había sentido tanto rencor, malestar, tristeza, abatimiento y dolor mezclados con otra serie de sentimientos que no podía definir. Las lágrimas recorrieron mi rostro lentamente como si fuesen cuchillas que se desplazaban causando graves heridas. Miré a través de los sucios vidrios de la pequeña ventana: el sol acababa de ocultarse detrás de los distantes árboles del bosque. “La noche es joven”, una vez en ese mismo bosque me había dicho el abuelo cuando habíamos ido a acampar, hacía ya cinco años. Una de las mejores noches, sin lugar a dudas. Pero, esa noche, al contrario, iba a ser insoportable, es más ya no podía soportarlo, no podía aguantar un solo segundo más de esta nueva vida, que le tocaba. Parecían tan lejanos los años en los que la familia estaba unida y pasaba con el “nono” todas las tardes jugando a la generala, pescando en el arroyo o simplemente escuchando una de sus insólitas historias. Hasta parecía remoto aquel día en que el mundo se desmoronó, en que todo terminó, en que la primera etapa de mi vida se había desvanecido.

Tras el fallecimiento de mi abuelo todo había cambiado, cambio que me llevó inclusive a odiar a mi propia madre, que desde ese momento parecía que le importara más conseguir una nueva pareja que el bienestar mío. Peor aún, había sido cuando logró su tan ansiado objetivo, terminando de confirmar que ese nuevo período de mi vida sería nefasto y así apareciendo “El Grandote”. Junto con esta nueva pareja de mi madre, habían aparecido los golpes, las injurias, el sufrimiento, el dolor…

Ya tenía suficiente, no podía más, el simple hecho de pensar que en un rato regresaría ese tipo (“El Grandote”) y que cuando supiera lo ocurrido, también me propinaría una golpiza, me había puesto la piel de gallina. Era insoportable, intolerable vivir desde hacía más de tres años con seres tan desastrosos, terribles, ogros, que no hacen nada más que gritar, rugir, poner nerviosa a la gente. Ambos, tanto quien se hace llamar mi madre como mi “padrastro”, se creían que eran superiores a todos, no se daban cuenta de que vivíamos por poco en una choza, pero igualmente aunque los recursos no alcanzaban ni para satisfacer a uno solo, habían tenido dos hijos y hasta hacía poco, planeaban tener otro…

El tiempo había pasado tan rápido que parecían las nueve de la noche.Se me encogió el estomago, me parecía oír a la distancia una voz silbante y anciana diciendo “Arriba los jóvenes, que la comida está al plato”. Y ahí me di cuenta: ya no había nada importante, lo único era la familia, ¿Amigos? Nunca tuve y eso se debe a las locuras de mi madre, que no quería ni que vaya a la escuela ni que me relacionara con los pibes del barrio, simplemente, porque creía que eran todos mal vivientes, ladrones, cuando en realidad vivían mejor que nosotros por sobre la falta de dinero. ¿Qué le pasaba por la cabeza cuando me negaba dichas relaciones sociales? Cuanto daba en ese momento por saberlo. ¿Podría existir alguien más antisocial? ¿Qué hubiese pasado si la situación hubiese sido otra? ¿Qué hubiese ocurrido si el abuelo Horacio no hubiese muerto? ¿Por qué? Las preguntas iban apareciendo con una fluidez inigualable. Mientras seguían surgiendo en mi cabeza, me percaté, de que finalmente aquella segunda voz que en debates internos, como este, solía aparecer en mi mente defendiendo a mi “familia”, había desaparecido. ¿Por qué? ¿A qué se debía semejante cambio en la mentalidad de mi madre? ¿Dónde había quedado su amor, su afecto hacia mí, que en muchas ocasiones, cuando era pequeño, había demostrado? ¿Se habría esfumado, como mi abuelo? ¿Habría desaparecido, como él había desaparecido de mi vida, de la de todos? De pronto, mi mente quedó en silencio: había llegado “El Grandote”.

Desde el comedor se escuchaban sus gruñidos. Pero, no estaba nervioso, porque no solo había desaparecido aquella voz ya mencionada, sino que algo más había cambiado desde el momento en que había entrado a los portazos en mi pieza hasta ese instante. Por primera vez, decidí actuar para que no me haga nada, tomé el arma que hacía unos días había sacado del cajón de mi “padrastro”: había llegado (por fin) el momento. De esta forma, tal como había desaparecido aquella voz, todo lo que había vivido hasta dicho día también lo hizo, con un simple jalar de un gatillo.

Seudónimo: Alfredo Pollé.
Nivel “C”
Categoría: Tema Libre

El Amo

Hace mucho tiempo, en un mundo mejor , reinaba la paz totalmente .Pero un hombre del cual no diré el nombre ( me causa escalosfríos decirlo ) y a quien llamaré “el Amo” ; compró todas las acciones y bonos , y quebró las bolsas de comercio adquiriéndolo todo , absolutamente todo .Como su corazon estaba lleno de maldad, destruyó muchas cosas a su paso y esclavizó a los seres vivos.Pero como la esperanza y el bien nunca se acaban , un grupo de renegados lucharon como fieras contra “el Amo” .No fue suficiente .Dado que cada vez había más renegados , “él” pensó en grande e ideó un plan para eliminarlos…
- Nos acercamos al planeta “Cima de Agujas” ,señor- dijo el piloto al capitán. - Excelente- respondió el capitan-. Pronto entregaremos los materiales para construir esa super arma de la que tanto se está hablando.
De golpe , el transporte , a la luz de los dos soles que cubrían el planeta , dio un brusco movimiento hacia la izquierda , aterrizando en un hangar. En ese planeta , tan seco y árido , estaban cientos y cientos de criaturas , la mayoría humanos trabajando como esclavos para “el Amo” , conseguían un mineral extraño llamado “Zek” del cual había en abundancia , de las cuevas de las montañas con forma de aguja.
Uno de los trabajadores , los cuales por nombre tenían letras y números , dijo alarmado:
-¡Ya no puedo más , ya no puedo más ; me doy por vencido , me rindo!.
Dos robots con lanzas aparecieron , lo tiraron al suelo y lo electrocutaron. Después se retiraron , mientras los demás los miraban horrorizados .
– Pobre hombre - dijo K-28 ,un esclavo humano joven y justiciero, vengativo y astuto .
Junto a él estaba Q-13, su mejor amiga ,bella y sucia , sabia y humilde.
Sorpresivamente , el jefe , ELB (Electronic Liutenant Bot), ordenó que se continuara con el trabajo. Los esclavos siguieron el paso por puentes y caminos hasta las cavernosas entradas de cientos y cientos de montañas cuyas cimas eran finas como agujas . Adentro había cientos de túneles por los cuales circulaban carros con minerales, hacia tubos clavados en la tierra que parecían no tener fin. Allí volcaban el mineral.
Cuando sonaba la sirena , los esclavos iban a edificios de piedra , donde había cápsulas con números y letras , una perteneciente a cada esclavo. En ellas los esclavos descansaban , se alimentaban y aseaban para el día siguiente. Un día , K-28 descubrió algo: había robots trabajando , eran VM-Bots (Vacuum Mineral Bot ). Pronto empezaron a reemplazar a los esclavos por VM-Bots.Un grupo de esclavos se pusieron a trabajar en el tema , del cuál formaban parte Q-13 y K-28. Como solución inventaron un control para emitir nuevas órdenes a los robots. Asi se liberarían y escaparían pero, primero,debían probarlo.
En uno de sus días laborales , K-28 entró en la mina 43 como acostumbraba , y cuando vio pasar un VM-Bot, activó el control. El robot , luego de vibrar, ¡ empezó a actuar como un ser vivo !
- ¡Hola!- dijo K-28.
- ¡Hola!- dijo el VM-Bot.
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Cómo te llamas?
- K-28 ¿y tú?
- K-28 ¿y tu?
- Ya te lo dije ¿pero como te llamas?
- Ya te lo dije ¿pero como te llamas?
-……ya empiezo a entender.
-……ya empiezo a entender.
- Eres inteligente.
- Eres inteligente.
- Eres el más inteligente.
- Eres el más inteligente.
- Eres lo mejor de lo mejor.
- Es verdad , gracias.
- Ya me cansé de ti.
- Yo también.
- Entonces ¿¡cómo te llamas!?.
- Soy la unidad RH-2..
- ¡Perfecto! Acompáñame , tengo que mostrarte a mis coleg…. .
- ¿Qué es esto?- dijo con tono burlon D-90 , el rival de toda la vida de K-28. Con rapidez tomó el control y empezó a tocar los botones. K-28 se le tiró encima y comenzaron a luchar. K-28 salió victorioso , pero a un terrible precio: en la lucha D-90 soltó el control y éste cayó por un tubo sin fin.
De la muchedumbre salió Q-13.
- ¿Adónde vas?-dijo su amiga.
- A por el control, ya sé que es muy peligroso pero es la única oportunidad que tenemos de escapar de aquí. ¡RH , sígueme antes de que vengan los guardias! - respondió K-28.
-Está bien , pero yo también voy- replicó Q-13.
Entonces K-28 ,Q-13 y RH-2 (en modo compactado) se metieron por el tubo sin fin , en busca del control remoto. Luego de treinta minutos de caer, tocaron fondo.Conmocionados vieron el control a pocos metros de ellos pero se dieron cuenta de que... ¡el suelo se movía!. Una vez calmados observaron el paisaje a su alrededor: máquinas extrañas que procesaban el mineral hasta hacerlo un liquido rojo.¡Y ellos iban a formar parte de ese liquido!
Empezaron a correr en sentido opuesto , pero los minerales que caían les impedían el paso.K corrió en busca del control ,Q empezó a abrirse camino entre los minerales y RH simplemente dio un paso hacia el costado y dejó de moverse. Q hizo lo mismo y dejó de moverse también. Pero K, a punto de caerse en un balde con ese liquido , tomó el control y salió de la cinta transportadora.
RH les explicó :
- Estamos en una fábrica subterránea de procesamiento de mineral Zek. Estas máquinas lo funden y lo dejan listo para usar la energía que poseen en su interior.Esos robots de allá son LH-Bots ( Load Helper Bot ) que ayudan a dirigir y a reparar las máquinas.Y esos de ahí son guardias-bot y ELB, que se dirigen hacia….
Y dicho esto, los robots aparecieron repentinamente. ELB golpeó en la nuca a RH dejándolo fuera de combate. Entonces,K ,furioso, activó el control y los robots , luego de vibrar y girar , se tiraron a uno de los tanques con mineral fundido.
Después de ver a los robots ,inclusive a ELB arder en llamas ,K se ocupó de RH.Sin más remedio RH estaba detruido.Luego de caminar más o menos 10 kilometros sin rumbo alguno, llegaron a un lugar extraño con computadores y LH-Bots.En el centro estaba un hombre con cicatrices y ojos rojos, sentado en un trono portentoso.Junto a él se hallaba una lagartija con forma de humanoide que llevaba puesto un traje que decía:G-87, y un aparato grande y magnifico del cual salía un bastón metálico. Entonces el hombre habló:
- Bienvenidos.Creo que me conocen,me dicen “el Amo”.Y ésta es mi máquina que todo lo puede.Con ella puedo desintegrar los cuerpos materiales que posean las característcas que le he colocado.Pero para hacer que funcione necesita una grandísima cantidad de energía.Y para eso está el Zek.Han llegado justo para verla en acción , pero como no tienen invitación,me temo que tendrán que morir.Ahora les presentaré a mi amigo Mak.
Dicho esto, una sombra con un hacha apareció y embistió a nuestros protagonistas
.- Haz que duela- dijo el amo.
Y cuando Mak volvió a ver , K ya no estaba.
Entonces , los LH-Bots vibraron , giraron , saltaron y empezaron a atacar a Mak. Sin darse cuenta , Mak cayó junto con todos los robots a un tanque con mineral fundido. Entonces el amo dijo:
- Rápido ,G-87, activa la máquina.
El lagarto comenzó a apretar botones y botones hasta que bajó una palanca. El bastón de la máquina empezó a girar y a generar unas ondas extrañas.
- Destruiré a los renegados, ¡ JA JA JA! -dijo el amo.
Pero Q ,que se había escondido, apareció y apretó otros botones del aparato. De golpe ,el amo desapareció junto con G-87.
Después,Q y K se casaron, destruyeron la máquina para que nadie volviera a usarla ,y devolvieron la paz a la galaxia.


* * *


Treinta años después , en la sala de control de la fábrica subterránea del abandonado planeta “Cima de Agujas”, se sigue escuchando la risa maquiavélica de alguien que repite incansablemente “Volveré”.

Seudónimo: Roger Rabbit
Nivel: A 7º
Categoría: Tema libre

lunes, 27 de octubre de 2008

El camino

Era un simple hombre, no tenía motivos para cuestionar o querer cambiar el rumbo de mi vida. Vivía, o creía hacerlo, bajo un aura de felicidad que me protegía de lo que yo no quería ver o sentir. Pero un día, esa brisa de alegre irrealidad desapareció… Toda esa felicidad se transformó en múltiples dudas, que poco a poco, terminaron por vaciar mi vida. Por eso decidí salir a caminar, en busca de la tranquilidad que había perdido.
Llevaba tan sólo lo puesto: un pantalón, una camisa y un abrigo; no quería cargar con un peso adicional al de mi mente.
Era un hombre solitario, no tenía amigos, y no tenía recuerdos de mi familia. Salí de mi casa. Ya era de noche, cuando los habitantes de la ciudad dejaron sus automóviles y se metieron en sus mecánicas casas, para iniciar su frágil letargo, su corta visita al mundo de los sueños; al otro día, recomenzarían sus monótonas rutinas.
Las calles estaban vacías, sólo se oían mis pasos, que hacían crepitar las hojas secas del otoño, como una cálida hoguera en la estufa-hogar de una casa, en invierno. La brisa fresca era apacible, refrescaba los opacos razonamientos de mi mente. A unas cuadras de distancia, vi a una pequeña niña que saltaba por el parque delante del porche de su casa, que era completamente igual al resto de las casas del barrio, o de la ciudad entera.
-¿Qué haces tan tarde afuera?
-Anhelaba el aroma de las flores en mi habitación, - me mostró una especie de linterna – así que salí a recolectarlas, pero no he encontrado ninguna todavía ¿Puedo acompañarlo en su caminata?
Se oyó una voz que emanaba desde el interior de la cálidamente iluminada casa. Entonces tuvo que entrar.
Seguí mi camino, y cuando ya había recorrido unos metros, casi una cuadra, me detuve al oír unos pasos. Era la niña, que me traía un papel doblado y una golosina. Después regresó a su Hogar.
Ya era la medianoche según un reloj que estaba incrustado en una pared. El rocío me humedecía la cara, y me senté en un banco de una plaza, saqué un libro, y me puse a leer bajo la tenue luz de una vieja farola.
Desperté al día siguiente, y a mi lado vi un anciano de aspecto sabio y bondadoso. Leía el diario y, al verme, me entregó mi libro, que se había caído al suelo la noche anterior. Le agradecí, y lo guardé en el bolsillo interior de mi sobretodo.
-¿Qué hace un hombre como usted, durmiendo en una plaza?
-Salí a caminar anoche y me quedé dormido aquí. Necesitaba pensar y buscar algún orden a mis pensamientos inconclusos.
-Me recuerda a mí cuando era joven.
Emitió una risa con un dejo de tristeza.
-Salí a buscar respuestas, como usted, pero no estoy seguro de que me hayan sido útiles.
Se levantó y se despidió de mí, deseándome suerte.
Sentí hambre, y tomé un trozo del chocolate que me había dado la pequeña. Percibí el sabor a cacao y canela. Me hizo recordar mis tiempos de juventud, cuando el chocolate era chocolate de verdad. Una especie de melancolía invadío mi cuerpo, y me recorrió hasta helarme.
Ya estaba anocheciendo, por lo que reemprendí mi marcha. Pasé por una casa en al que había un viejo cuarteto de música, que me atrajo, y me dejó en trance, no sé cuánto tiempo. Llegué a las afueras de la ciudad y me senté junto a un árbol que, solitario, se alzaba sobre una colina desde la que se veía toda la ciudad.
Comí otro pedazo de chocolate. Me dormí en la sombra del árbol, y desperté ya entrada la noche. No sabía adónde me dirigía; lo único que sabía era que esperaba volver a la ciudad en un estado de paz interior.
Comencé mi marcha hacia el amanecer, dubitativo de si realmente volvería a la civilización. Al comenzar mi camino, recordé a la niña, al anciano y al grupo de músicos, y me invadió una inexplicable felicidad, mezcla de melancolía y gratitud.
Vi por primera vez, el dibujo que me había dado la niña, y me despedí de ellos para mis adentros.
-¡Adiós, amigos!

Seudónimo: Pop San
Categoría: Tema libre
Nivel: "C" Polimodal

(Sin título)

En tiempos muy remotos había una cuidad desconocida por los humanos en donde todas las personas eran de cera. Este lugar donde todos eran muy extraños se lo llamaba Candelcity.
En esta cuidad habitaba Lakshmi una persona muy curiosa y astuta, la cual siempre estaba dispuesta a ayudar a todos lo que lo necesitaban. Él trabajaba en su rancho todos los días, donde veía a sus seres mas queridos, los insectos de cera, llamados Shiuns.
Como de costumbre se levantó a la mañana para ir a trabajar, pero ese día iba a ser diferente. Era lunes y todos los lunes Lakshmi iba a la casa de su hermana. A él siempre le había llamado la atención un espejo que era de su bisabuela ubicado en el cuarto de su hermana mayor. Ese día lo tocó porque vio unos colores extraños dentro de él. De repente sufrió un golpe contra éste pero no sintió dolor, solo sintió un escalofrió en sus manos y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba en un lugar totalmente diferente, en otro mundo. Era el planeta Tierra, solo que el no lo sabia.
Comenzó a escuchar su nombre, se dio vuelta y vio que una especie de dios repetía su nombre constantemente. Este dios se presentó con el nombre de Slim y le contó que él era uno de los elegidos para salvar a la humanidad, ya que en todo el mundo había seres extraños elegidos para resolver un problema, le contó también que para volver a su mundo debía pasar por tres pruebas, tenia tres días para cumplirlas y a la medianoche del tercer día tenia que haberlas resuelto, sino se quedaría por siempre en aquel lugar desconocido.
La primer prueba se trataba de ayudar a los animales (ya conocidos por Lakshmi debido a que el dios se los había presentado) del cazador ya que éste quería cazarlos y sacarlos de su hogar. Lakshmi organizó un plan con todos los animales que ayudaron a que el cazador tenga su lección y ya no quiera cazar más. En el momento en que pudo solucionar esto apareció el dios y le comunicó que la segunda prueba era encontrar un guía que le comunicaría la tercer prueba.
La cuidad en la que se encontraba era muy grande y él no podía hablar con nadie. Lo único que sabía era que el guía le sería familiar. Lakshmi comenzó a recorrer la cuidad sin rumbo alguno, le parecía que se le acababa el tiempo ya que estaba en el segundo día. Al fin vio un cartel que le sirvió de señal, éste consistía en una rara casa construida con cera en donde todo estaba hecho de cera. Fue de inmediato según lo poco que entendía y por fin la encontró. Golpeó la puerta y nadie contestó. Con un pie dentro de la casa se dispuso a llamar a alguien, entró y preguntó si había alguien allí, nadie contestó y , luego de unos segundos, apareció un Shiun y en sus alas se encontraba un papel que tenía un dibujo y algo escrito en un idioma raro. Lakshmi comenzó a leer, el papel indicaba que la tercer prueba era encontrar el ejemplar por el que se había transportado de un mundo al otro y, luego de tener acceso a él, descubrir como traspasarlo.
Comenzó a buscar nuevamente en la cuidad hasta que se quedó deslumbrado por un castillo, sintió que allí encontraría algo, entonces pidió pasar y, disfrazado como le había indicado el dibujo del papel, explicó por medio de señas que era un extranjero y que solo pedía que le den comida y algo qué beber. En cuanto pudo se escapó y comenzó a recorrer cada una de las habitaciones hasta que en una encontró un espejo como el de su bisabuela pero lo que le llamó muchísimo la atención fue que era de colores como el oro porque definitivamente era de oro y de plata. Trató de traspasarlo pero no pudo, miró su reloj y vio que le quedaban solo dos horas o se tendría que quedar por siempre en ese mundo. Quiso recordar qué era lo que había hecho aquel día en la casa de su hermana. Comenzó a recordar que estaba con una tasa de agua en la mano, que se estaba agarrando la cabeza porque le dolía y… ESO! recordó que estaba pensando en todos sus seres queridos y de lo agradecido que estaba con la vida de poder tener una vida tan feliz, ya que él era una persona muy bondadosa y noble. En ese momento empezó a pensar nuevamente en todo esto y comenzó a notar en el espejo nuevamente esos colores raros, cada vez eran más y más. Apoyó muy suavemente una mano y luego la otra, empezó a ver todo muy blanco y escuchó a su hermana llamándolo .Se dio cuenta que estaba en Candelcity y que estaba tirado en el suelo junto con la tasa de agua como si todo lo sucedido nunca hubiera ocurrido.
-Terminó- dice Matías
- Que lindo cuento- agrega su madre
- Gracias mami- responde Matías- Ahora ayudame a corregirle los errores
Bueno, dale- contesta su mamá y salen de la habitación.

Seudónimo: Chuletas
Nivel A
Categoría:De la imagen a la palabra ( Imagen: donde esta la parada del 60 )

domingo, 26 de octubre de 2008

Reflejo

Estoy atrapado en un laberinto sin salidas, no tengo oportunidad de escapar. Hace mucho frío, y mucho calor. No entiendo qué ha ocurrido conmigo, qué ocurre ahora, ni qué ocurrirá mañana.
Sólo quise reflexionar, dar un vistazo, sólo eso…ahora veo bien.
La vida es confusa y difusa, medianamente aceptable, hasta que comienzas a comprender un poco de todo.
Siento algo extraño dentro de mí, un día pude soportarlo, ese día se puede soportar, con dificultad, pero el siguiente, el siguiente es de color negro.
Sé de mis errores, ahora que lo veo, y mis aciertos se van esfumando con el viento. Si todos pensaran un poco, se sentirían tal como yo. Pero cada vez que uno empieza a observar con detenimiento, se da cuenta de que nadie lo acepta. Eso es lo que más cuesta, el sentirse en soledad, perdiendo lentamente la calma, la calma con uno mismo.
Es como verse a un espejo, verse claramente, luego de una vida observando un reflejo borroso, una imagen desdibujada, que nos mantiene así, haciéndonos creer que somos perfectos.
Me estimulaba la hipocresía de los demás, quienes sólo esperaban que ocurriera algo así para humillarme. Ellos son como yo, todos somos iguales.
Si soy así, no merezco continuar viviendo. Me siento avergonzado por ser así, por ser como mi especie.
Todos deberíamos morir, y antes no me daba cuenta. Ahora comprendo todo, sólo bastó con mirar en mi interior, darme cuenta de que soy demasiado imperfecto.
Cuando empecé a analizarme me horroricé, me sorprendí de lo que soy, no tengo valores ni principios, dentro mío todo es malo, pero por fuera, por fuera todo aparenta perfección,
No tengo salvación, si intento cambiar la sociedad me detendrá. Aunque pudiera salir del planeta y alejarme de la especie, jamás podría alejarme de mi mismo, y de mis imperfecciones.
Vi mi rostro desdibujado durante largo tiempo, ahora sólo veo muchos rostros que no reconozco conmigo mismo, no se parecen a quien yo pensé que era. Ahora veo mi verdadero yo, mi verdadero reflejo.

Seudónimo: Ahsley Ravenclaw
Nivel “C”
Categoría: De la imagen a la palabra (imagen 3)

La última batalla

Te voy a contar la historia en la que el reino de Pélor cambió para siempre.

Todo comenzó cuando el príncipe Aasimar, heredero del trono de Trethaark, pueblo del fuego, llamado así por la gran habilidad de sus guerreros para utilizar este elemento – se vio atraído por la princesa Naganny, futura reina de Pélor.

Aasimar la invito a visitar su palacio, ahí le propuso matrimonio. Debido, a la indecisión de la princesa, su estadía allí, duró unos cuantos días.

A causa, seguramente, de la avaricia y soberbia de Aasimar la princesa decidió volver a Pélor y no casarse con él.

El príncipe no debería enterarse, claro esta de lo contrario Aasimar se casaría con ella por la fuerza.

Naganny decidió escaparse, durante la noche, cuando todos dormían…

No te contaré el momento en que la princesa escapa, de lo contrario, esta historia demoraría demasiado; entonces, pasaré al momento en que amaneció.

El príncipe, al notar que Naganny no estaba, acudió a su padre, Moth, Rey y gobernante de Trethaark le comentó lo sucedido:

-Padre, he sido deshonrado—

-Cuéntame hijo- Respondió el rey

-La princesa con la que quería casarme, ha huido- Comentó Aasimar

-¿Qué princesa es esa que me nombras?- Preguntó

-La hija del rey de Pélor- Exclamó el príncipe

El silencio reino en la sala, por unos segundos, luego el príncipe agregó:

-Lucharé para recuperarla, me casaré con ella aunque eso sea lo último que haga-

-Si guerra quieres hijo, guerra tendrás. Convoca a todos los guerreros de Trethaark, derrotaremos a Pélor- Contesto Moth

El príncipe asintió y salio de la sala.

Me imagino que querrás saber qué sucedía, mientras tanto con la princesa, pues bien, Naganny le explicaba a su padre la causa de su escape. El rey, mando a un águila parlante - un ave blanca y marrón, con un pico que puede llegar a causar un daño similar al de las mandíbulas de un tiburón – hacia Trethaark, para descubrir que tramaba Aasimar.

Al día siguiente, el águila entra en Pélor, sobrevuela por las callejuelas de la ciudad hasta llegar al palacio en el que se encontraba el Rey, entro por una ventana que daba hacia el dormitorio real, se sentó en frente de Moth y comenzó a canturrear:

Aasimar se dirige hacia aquí, posee demasiados guerreros, Los Mortem Nunciatus

(El grupo de guerreros mas hábiles de Trethaark ) cuando los vi estaban en el monte Scar, vienen a caballo. Dentro de poco estarán cruzando el río Torm, y llegaran aquí en no menos de 3 días- al terminar de hablar, el ave salio por una de las ventanas de la sala.

Después de unos minutos el rey hablo a uno de sus súbditos:

-Vamos a comprobar si el ejército de Trethaark es tan terrible como dicen. Prepara a todos nuestros guerreros de inmediato – y así, el sirviente salio de la sala.

El día de la guerra no tardo en llegar, tres días después los Mortem Nunciatus se encontraban a pocos Lobs (una medida utilizada en esa época) de su destino

Los guerreros de Pélor ya estaban fuera de sus murallas.

La guerra se acercaba, la muerte se acercaba.

Era un día caluroso, filas y filas de arqueros de Pélor, se preparaban para el ataque.

Divisé, en el horizonte a los enemigos. Avanzaban veloz mente hacia nosotros.

El cielo se oscureció, una nube pensé yo, estaba muy equivocado. Una lluvia de flechas se aproximaban hacia nosotros

Alcé mi escudo, con la figura de un Águila, rodeado de Ralizes (Una piedra que se encuentra solo en el sur, es utilizada para forjar armas pesadas).

Sentí el impacto de las flechas sobre él a mí alrededor, veía a mis compañeros caer.

Avancé con rapidez, los dos bandos se enfrentaron cara a cara, y ahí comenzó la sangre. Tanto guerreros de Pélor como guerreros de Trethaark , caían devastados

El cielo se oscureció nuevamente, esta vez, flechas de los dos bandos volaban por los aires, noté algo raro en las flechas enemigas, agucé la vista y lo noté, flechas con fuego, en menos de lo que pensé, las flechas caían sobre nosotros, un guerrero se abalanzó hacia mi con su espada al frente, su arma tenia algo raro, era una espada flamígera, en ese momento, entendí por que lo llamaban el pueblo del fuego.

Luche contra el, recibiendo una herida en mi pierna, hundí mi espada en su pecho, y este callo, muerto sobre mi, tirándome al suelo, el cuerpo de el guerrero Tretharcano, me protegió de las flechas, me levante rápidamente y observe a mi alrededor.

Los guerreros enemigos, nos superaban en número entonces, la palabra de la derrota llego hacia mis oídos:

-¡¡Retirada!!- gritó Nañak, el jefe los guerreros de Pélor. No tuve más remedio que retroceder.

Los Mortem Nunciatus penetraron en la ciudad, destruían todo a su paso, entraron en el palacio real y capturaron a la princesa, mataron a todos los que se le interpusieran. Todos los que pudieron escaparon, los que no, fueron asesinados.

Lortez, uno de los mejores arqueros me dijo:

-Toma un cabal lo y huye lazaron, hemos sido derrotados-

Sin pensarlo dos veces, tome un caballo y me aleje de la ciudad.

Observe a Pélor, por última vez, devastada, en llamas. Di media vuelta y me aleje de allí.

Hoy yo, Lazarot como comandante de un ejército de diez mil hombres, venceré al reino de Trethark. Recuperaré mi pueblo.

Seudónimo: Armando Estevan Quito
Categoría: De la imagen a la palabra
Obra pictórica: Carpani 4
Nivel: "A"

Vacío

Se entretenía mirando las volutas de humo de su cigarrillo, pensando vaya a saber en qué o, tal vez, no pensando. No obstante, en momentos como ese su vida pasaba ante sus ojos a una velocidad no registrable, y los instantes que lo habían marcado eran los que se detenían más tiempo. Pero no eran precisamente los más felices (a juzgar por los resultados), aunque en el pasado le parecieron serlo.
Aquellos ojos parecían habérsele clavado en su corazón, una mirada límpida, sumada a una agradable sonrisa, fue una cárcel de la que –aún varios años después- no podía escapar. ¡Es que el amor es tan fuerte!, reza una canción... ¿Pero podía llamar a aquel sentimiento amor? ¿Podía atribuir esa palabra mágica a aquel vínculo que lo sumió en el pozo más profundo en el cual él había caído o caería?
Meditando en esto (mejor dicho, atormentándose) sólo le era posible sufrir, sintiendo el enorme vacío de una presencia, que (tenía que reconocerlo) la mayoría de las veces había sido una ausencia. ¡Cuántas cosas faltaban en el lazo que los unía! Ni siquiera podía decir sin engañarse que hubiera existido tal lazo, a lo mejor el único enlazado había sido él, porque ella...
Entonces, ¿por qué el constante recuerdo de ciertos momentos? ¿Por qué el recuerdo agobiante de unos besos carentes de verdadero afecto? (Ahora se daba cuenta) ¿Y por qué si se daba cuenta no podía dejar de sufrir por no tenerla? Porque pensar había pensado mil formas de liberarse del recuerdo, del dolor, pero hasta ahora todo había resultado inútil. Buscó otros besos, otras manos, otra mirada límpida... pero algo se había roto en él, ya no podía confiar, y se sentía como partido en mil pedazos imposibles de volver a juntar por lo pequeños e innumerables.
Cayó en la cuenta de cuánto tiempo se encontraba de esta manera, fueron meses, años de llorarla con la convicción de que nunca podría arrancársela, que nunca volvería a amar. ¿Cómo luchar contra su misma esencia, que reclamaba por ella a cada instante, con la completa convicción del amor perdido, un amor que sólo vivió en él?
Se sorprendía llorando interiormente, casi siempre unas notas sentimentales le brotaban del corazón “la angustia de no tenerte/ lo imposible de olvidarte/ es más fuerte que la muerte/ muerte que conozco al faltarme”. Se sentía cursi (a su edad, ¿qué eran todas esas pavadas adolescentes?), sin embargo, allí estaban, aparecían, no podía evitarlo.
Muchas veces se preguntó cuál era el sentido de su vida ahora que no tenía sentido, ahora que la había perdido y que se sentía como un ciego que ha perdido su bastón, o peor, como un loco que grita su propia fantasía, porque, aunque doliera, sabía que se había aferrado a una fantasía.
Así en estas cavilaciones pasaba sus días, buscando una razón que lo empujara a olvidar sin que ello significara colocarse al borde del precipicio. No obstante, sabía que no era el único. Había otros que como él estaban aferrados a una ramita que nunca podría ayudarlos a escapar de la corriente.
Mas esa razón no existía, jamás existiría. Nada podía hacer al respecto, todo estaba perdido, le dolía aceptarlo, pero bien sabía, que jamás la recuperaría.
Desde que ella se fue de su vida, nada cobraba sentido, ni la muerte parecía una salida. Sólo quería aliviar el dolor que le atormentaba, dejar de sentirse miserable, pero no podía, no la olvidaría jamás, no dejaría un instante de amarla y sufrir por ella.

Susana Lever
Nivel “C”
Categoría: Tema Libre

Seis brazos

Érase una vez en un lugar lejano un monstruo dotado de seis enormes brazos que habitaba en una cueva oscura y tenebrosa. En esos tiempos se desarollaba una tremenda guerra en la que las fuerzas del pueblo de Arkantía estaban siendo atacadas por los muertos vivientes: criaturas asquerosas y tremendamente crueles. Eran comandadas por Krizalid, un cadáver dotado de vida, ya que le fue derramado un cáliz mágico en su cara al morir. Su piedad con sus enemigos no existía y era tan despiadado que hasta sus amigos le tenían miedo. El ejército del pueblo de Arkantía no era numeroso, y mucho menos fuerte. De hecho, su comandante, Cyril, era la persona mas cobarde que existía en aquel lugar.
En plena batalla, sobre un mágico bosque, los sobrevivientes de un grupo de guerreros arkantianos atacado se refugiaba en una casa abandonada, sucia y vieja. De pronto, se escucha chillar la puerta. Cyril, que no aguantaba más, larga un grito desesperado y son descubiertos por un grupo de zombis. Tratando de huir desesperadamente, Cyril tropieza con un ser fantasmagórico. El cobarde capitán y sus compañeros, sintiéndose acorralados por el enemigo, empiezan a rezar para que ocurra un milagro que traiga su salvación. De pronto, el horripilante ser fantasmal larga un ensordecedor alarido que espanta a los muertos vivientes de la casa. Luego de este suceso, el fantasma se presenta ante Cyril:
-No se asusten, soy la reina Artana, comandante de las Banshees. Estamos de su lado en esta batalla.
Cyril, tan asustado como siempre, le responde:
-¿Cómo le puedo regresar el favor?
-Deben escucharnos. Lejos de aquí habita un ser gigantesco que posee seis brazos
- ¿De que nos sirve?, interroga Cyril
-Podemos pedir su ayuda para derrotar de una vez por todas a los muertos vivientes
-No estoy dispuesto a arriesgarme, responde Cyril
Escuchando esto, la reina se retira, decepcionada por su idea.
Posteriormente, Artana y sus servidores parten de Arkantía para llegar a la cueva del monstruo. Luego de andar perdida durante cuatro días, encuentra la majestuosa cueva de la bestia. El monstruo, al ver a los pequeños espíritus errantes, les pregunta cuál es la razón de su viaje.
-Necesitamos su ayuda, poderoso señor, estamos en guerra y nuestras fuerzas se debilitan.
- Les concederé su deseo si me responden el siguiente acertijo.
Las Banshees, nerviosas pero atentas, escuchan a la bestia
El monstruo comienza:
-“Cirious y Padme yacen muertos en el suelo en una habitación vacía. Con ellos se encuentra un charco de agua y pedazos de vidrio roto.” ¿Me podrían explicar la razón de su muerte?
Luego de reflexionar, a la reina se le ocurre una respuesta y grita:
-¡Ya se! ¡Ya se!, esas no eran personas, eran peces, y su pecera se había caído y roto. Esa es la razón de su muerte.
El gigantesco monstruo, sorprendido por la inteligencia del espíritu, prepara sus cosas para irse. Ellas parten esperando ser alcanzadas por la bestia.
Al regresar a Arkantía, Artana engaña a Cyril haciéndole creer que no había respondido el acertijo y el monstruo venia en camino a destrozar la ciudad. El capitán, atormentado por la terrible “noticia”, escapa de la ciudad. El monstruo llega al día siguiente para prepararse para la última batalla.
Krizalid preparaba un asalto a Arkantía. Lanzando un conjuro, revive a sus difuntos enemigos, ahora de su lado. Para ese entonces eran todos esqueletos andantes armados con un escudo y una espada. Nada superior a los guerreros de Arkantía, pero, a diferencia de ellos, eran cientos, miles, millones. En el medio del camino, Krizalid y su ejército se toparon con un tronco gigante cruzando el sendero. De repente, la bestia, escondida atrás, empuja el enorme tronco y aplasta unos cuantos guerreros esqueléticos. Desde los árboles, saltan los demás guerreros Arkantianos junto con las Banshees. Artana salta desde la copa del más alto justo encima de Krizalid y cruza su pecho con la espada. Así, todos los demás guerreros desaparecen.
Al regresar a Arkantía, Artana y la bestia son aclamados por los ciudadanos. El espíritu valiente toma el puesto del desaparecido Cyril como reina de Arkantía.

Seudónimo: Nacho Ripán
Nivel: A
Categoría:De la imagen a la palabra

La última oportunidad

Había una vez un brujo llamado Sebastian que vivía en una selva encantada. Él se había casado con una hermosa chica llamada Margarita. Pronto tuvieron un hijo leopardo, Tom. Un día un ser extraño fue a raptar a Tom porque tenía poderes mágicos. Margarita y Sebastian hicieron todo lo posible, pero Margarita se murió. Desde ese día Sebastian se volvió loco, ya que no tenía a su esposa ni a su hijo.
Veinticinco años después, Tom ya había encontrado padres adoptivos y muy buenos amigos en la selva, Moises y Harry. Aunque Tom tenía poderes, él no los había descubierto aun. Hasta ahora, todo parece estar muy feliz en la vida de Tom, pero no lo es… Hace muchos años un murciélago reinaba, hasta que su hermano Jack lo destonó. Nadie sabe porque lo hizo. Ellos siempre fueron grandes amigos, pero el deseo del poder puede romper cualquier relación, ¿no? Desde entonces el está en la realeza. Jack tenía una corona con la que podía congelar a quien quisiera, por eso le decían Jack “El Congelador”. El se había vuelto malo y asesino. Esclavizó a todos los que vivían en la selva. Y eso molestaba mucho a Tom, Harry y Moises. Ellos querían sacarlo del poder. Solo había una forma, quitándole la corona a la medianoche, así lo iban a dejar indefenso. Estaba decidido, ellos 3 iban a ir al castillo de Jack a las 11 de la noche.
En la entrada había varios guardias, así que tuvieron mucho cuidado. Moises y Tom no sabían que hacer para pasar, hasta que Harry dijo:
-¡Ya sé que hacer!-
Harry agarró una piedra y la tiró cerca del castillo para que, al hacer ruido, distraiga a los guardias. Entraron rápido. Luego, se dividieron. Cada uno tenía una misión, Tom tenía que encontrar a Jack, pero eso no era tarea fácil. Jack tenía 2 ayudantes Fernando y Fernanda, dos monos gemelos que ayudaban a Jack desde su reinado. Distraerlos era la misión de Moises y Harry.
Tras una larga búsqueda, Harry y Moises encontraron a los monos. A primera vista, Fernanda se enamoro de Harry, y eso molestó mucho a Fernando; entonces fue a atacarlo, pero Moises lo empujo. Así comenzaron a pelear. Moises agarró un cuchillo y se lo clavo al mono gemelo. Fernanda al ver esto, se puso a llorar y comenzó a correr para avisarle a Jack. Detrás de ella, les seguían Harry y Moises.
Mientras tanto, Tom había encontrado la puerta de la guarida de Jack. Al principio la puerta estaba cerrada, pero después se abrió. Él sabía que allí había muchas trampas. Entró. Primero el piso comenzó a desaparecer, así que inmediatamente se puso correr, la segunda prueba consistía en pasar por un apestoso olor y la última debía combatir contra una serpiente. Al llegar a la puerta final, estaba el rey. Jack yacía durmiendo. Era la hora de sacarle la corona, pero de repente apareció Fernanda. En ese instante ella lo iba a despertar. Entonces, llegaron Harry y Moises. Harry, al ver lo que estaba sucediendo, le agarró la mano a Fernanda y la besó. Eso la distrajo totalmente, ella estaba perdidamente enamorada de él y Harry, después de todo, también sentía una fuerte atracción por ella.
Tom tenía muy poco tiempo para sacarle la corona a Jack. Cuando estaba por sacársela, ya era demasiado tarde el murciélago se había despertado. Harry, Moises y Tom no tenían otra alternativa que esconderse. Pero Fernanda había quedado tan atontada por el beso que no se escondió, se quedo quieta. Jack le pregunto que estaba pasando y ella se quedo muda, por eso se enojó y le pegó. Entonces Harry salió de su escondite y le pegó en la cara. Antes de que Harry le pegara de nuevo, lo convirtió en una piedra. Moises y Fernanda lo quisieron defender pero, también los congeló. Tom no sabia que hacer. Aunque era valiente no el era inteligente.
Después comenzó a llorar por la desaparición de sus amigos. Empezó a desear que retrocediera el tiempo. Lo deseó y lo deseó hasta que pasó. El tiempo había retrocedido hasta cuando él había llegado a la habitación del rey. Jack estaba durmiendo. Sin embargo, Harry, Moises y Fernanda seguían congelados. Tom se quedó muy asombrado, no sabía que esta pasando. Aunque estaba muy confundido pensó:
-¡Tengo que aprovechar esta oportunidad, no va a haber otra igual!-
Entonces fue y le sacó la corona justo a las 12:00; se rompió el hechizo. Pero que hechizo, Jack no estaba hechizado, ¿o si?
Después de sacarle la corona, un destello celeste salió del cuerpo de Jack. Luego, se despertó y dijo:
-¿Qué está pasando? ¿Quién es usted?-
Tom no comprendía porque Jack preguntaba esto, es más, desconfiaba de él. Pero, posteriormente, el rey dijo:
-Empiezo a recordar. Hace varios años mi hermano era el rey, hasta que un día un brujo me hechizó y me puso una corona. Luego… ¡maté a mi propio hermano, que horrible! Y ahora, yo soy el rey. He matado y esclavizado a todos, y congelado a mi fiel sirvienta Fernanda. Pero ¿donde está Fernando? ¿Y estas dos personas, quienes son?-
-Son mis amigos,- respondió Tom- y Fernando fue asesinado por unos de ellos.-
Al explicarse todo, Tom le ofreció a Jack a viajar al pasado para ver que brujo fue el que hizo eso. Le agarró la mano, y deseó estar allí. Cuando llegaron al viejo castillo, vieron al maldito brujo que causó todo esto. A Tom le parecía conocido, pero no sabía quien era.
Luego, se puso a pensar en su infancia. Reconocía una cara de un hombre y otra de mujer, no se veían muy bien, hasta que se esforzó un poco más, y… ¡La cara del hombre era el brujo! Y también era su padre. Tom se desesperó, quería saber más sobre ello, así dejo todo lo que estaba haciendo y nuevamente, viajó, al pasado del pasado, con Jack. Viajaron hasta el día de su nacimiento. Jack y Tom no entendían nada, había un murciélago y una familia. Jack dijo:
-Ese es mi hermano, ¿qué hace ahí?-
El hermano de Jack, se estaba robando a Tom de bebé, pero, ¿por qué?
-Tal vez sea por tus poderes- pensó Jack- aunque el era un buen rey, siempre quiso tener poderes.-
Jack tenía razón, su hermano quería los poderes de Tom, ya que eran mucho más fuertes que los del brujo. Margarita, resistió todo lo que pudo, pero la mató, y a Sebastian lo mordió en el cuello. Y así se llevó al pequeño bebé. Pero no duró mucho con él, porque se le había caído en el medio del camino y no lo pudo recuperar. Mientras tanto, Sebastian se había vuelto loco, entonces fue al castillo, hechizó a Jack e hizo que matara a su hermano, pero él no quiso que fuera un rey malo y cruel. Luego el mismo se convirtió en piedra para que nadie sospechara.
Ya era suficiente, Jack y Tom volvieron al presente. Ahí se acordaron de sus amigos Harry, Moises y Fernanda. El leopardo, con sus poderes los descongeló. También pudo revivir a Fernando. Luego les explicaron todo lo que había pasado.
Ya todo estaba aclarado, lo único que faltaba era encontrar a Sebastian. Después de un día entero de búsqueda lo encontraron, en el medio de la selva, al lado de la cascada. Obviamente, Tom lo revivió y lo convirtió en lo que era antes. Lo primero que dijo Sebastian fue que lo sentía mucho e hizo un hechizo para descongelar a todos los que Jack había congelado. Y así todos vivieron felices para siempre.

Seudónimo: Angelina Jolie
Nivel: séptimo "A" –
Categoría: "De la imagen a la palabra" -

"Teobaldo y las rocas mágicas"

Érase una vez, en un pueblito olvidado al sur de un país muy lejano, un caballero bravo, fuerte y decidido. Cabalgaba, y en sus ojos se reflejaba su bravura. Teobaldo era su nombre, y aunque su apariencia lo desmentía, era sensible, solidario y dispuesto. Era el hijo único de una descendencia muy afamada de la realeza, que durante años, había sido admirada, por las características de los miembros de su linaje, y él no era la excepción. A lo largo de su vida, los súbditos del palacio en que vivía, habían hecho todo por Teobaldo, a tal punto, que no tenía mucha experiencia con las tareas del hogar. Aprendió de los mejores maestros, traídos de los confines más remotos, solo para su educación: lenguajes variados, historia de su pueblo y su familia, filosofía, esgrima, equitación…
Estaba dotado de una gran astucia e inteligencia, y de allí, la admiración que sentían por él todos los que lo conocían.
Era muy común verlo cabalgar solo por los valles, con la mirada melancólica en el horizonte. Su mayor deseo, era conocer otros pueblos, demostrar sus dones a otros reyes, ser nombrado conde de un país lejano. Los veinte años que había vivido, se centraban en su palacio, su pueblo y el valle.
Una noche, desafiando a todos los que creían que salir del pueblo los condenaría a no volver nunca jamás, tomó a su corcel blanco, Odorisio, llenó las alforjas de provisiones y agua fresca, recogió su espada, y en el momento que el reloj de la catedral marcó las doce en punto, salió a todo galope hacía la entrada de la ciudad.
Cuando estuvo afuera, no fluctuó sobre su decisión. Cabalgó toda la noche, y el amanecer lo sorprendió con una extensa niebla que lo rodeaba por completo. Exhausto, y con la garganta seca, se sentó en un recodo del camino y comenzó a beber agua. Estaba en un lugar desierto. Ni una casa, ni una hacienda, ni un árbol con su sombra había en ese lugar. Sólo el camino, Odorisio y él. De repente, una sombra oscura se asomó por entre la niebla y con un rápido reflejo, tomo su espada y la empuñó. Una anciana, arrugada, enjuta y con nariz aguilucha y destartalada, se asomó. El asombro en él fue impresionante. ¿Cómo una abuela en esas condiciones, iba a andar por ese camino? ¿Desde dónde? ¿Hacia dónde?
- Apuesto joven – exclamó, con una voz ronca y aterradora – puedo saber si en esas talegas, hay algún pedazo de pan duro o agua fresca para mí. Soy pobre, y desde mi hogar hasta aquí, hay varios kilómetros de distancia. ¿Cuál es tu nombre?
- Te… Teo…Teoba… Teobaldo – respondió él.
- Ah!!! - susurró.
- Disculpe, pero de donde vengo, no asistimos a extraños….- mintió Teobaldo.
- Veo caballero.
Esa última expresión, hizo que a Teobaldo, le recorriera un frío viento por la espalda. Subió a su caballo y salió, asustado, sin mirar atrás.
- Lo sabía T-E-O-B-A-L-D-O – recalcó- sabía que, como tu padre, no te compadecerías de mí… - seguido a esto, pronunció un sortilegio de palabras incomprensibles para el oído humano.
Teobaldo, no paró de cabalgar, durante el día, y durante la noche invadido por el miedo. Cabalgó y cabalgó, hasta que fatigoso y sediento, divisó, a lo lejos, una casita de paja. Paró allí, golpeó la puerta y una familia de cazadores lo recibió.
- Saludos, honorables campesinos. Me regocijo al saber que hay alguien habitando estas inhóspitas y desoladas tierras. Felices de ustedes al sentir la tranquilidad del valle. Mi nombre es Teobaldo, vengo de un pueblo ajeno a sus conocimientos. Seguramente no me conocen.
- Saludos – exclamó un hombre, barbudo, a quién lo acompañaban un joven, una muchacha y una señora de su edad – ¡Al fin alguien nos visita! – hace 15 años que nadie golpea nuestra puerta. Bienvenido seas.
- Disculpen. Busco su asilo, pues me encuentro cansado y hambriento. Cabalgo desde hace horas, escapando de una malvada mujer que me lanzó un hechizo. ¿Me recibirían en su amable hogar…?
- Por supuesto… - respondió la mujer. Siéntese, aliméntese, y mañana estará fresco como una lechuga.
- Agradezco mucho. Mañana partiré nuevamente.
Después de un gustoso banquete de pavo y diversas ensaladas hechas para él, con motivo de festejo; le armaron un lecho donde descansó plácidamente la noche entera.
La mañana que siguió, se despidió y salió. Pero esta vez no lo hizo solo, sino que el campesino, Fermín, y su hijo Oliverio, ávidos de aventuras, lo acompañaron con gusto. Caminando o a caballo, recorrieron leguas y leguas durante horas. La maldición, que aquella mujer había proclamado, se hizo notar. Ni siquiera en un solo momento, Teobaldo estuvo a salvo, feliz y contento, pues eso era con lo que la supuesta bruja le había injuriado. En uno de los descansos, que hacían de vez en cuando, se desató una tormenta de rayos. Entre la tierra, mientras intentaban resguardarse, Teobaldo encontró tres rocas luminosas y brillantes. Cautivado por su belleza, las guardo en las alforjas. Los días pasaron y ellos siguieron visitando pueblos y lugares, que veían desde afuera. Cuando les faltaba alimento, las piedras brillaban dentro de las alforjas y mágicamente aparecían a su alrededor múltiples alimentos e importantes bebidas, y por eso, no necesitaban comprar nada. Cuando la lluvia o la oscuridad acechaban, Teobaldo frotaba las piedras y una gran fogata los protegía. Eran rocas mágicas.
Una noche, mientras los tres descansaban, Teobaldo despertó sobresaltado, y notó que sus dos amigos habían desaparecido. Desesperado, los buscó, y descubrió una huella luminosa y que las rocas habían desaparecido. Siguió la huella durante siete largos días y al octavo, debilitado, sin el poder de las piedras mágicas, llegó a un castillo lúgubre, en el medio de ese desierto. Luego de bajar de Odorisio sigilosamente, entro a la fúnebre mansión, donde lo esperaban sus dos amigos, que habían sido atrapados por la funesta bruja que lo había maldecido.
- Bienvenido… - exclamó ella- voy a ser breve, soy tu tía Brígida, Teobaldo. Tu padre, cuando tenía que elegir esposa para obtener el trono, optó por mi “dichosa y bienaventurada” hermana Matilde, tu madre, y me desechó a mí…- sollozaba- ahora mi venganza es contra ti, el fruto de su amor. Pero te daré una opción. Si logras encontrar las tres rocas que tanto te ayudaron, en mi inmenso parque, yo te dejaré libre para siempre. Pero si fallas, cosa muy probable, serás mi esclavo y sufrirás como yo sufrí desde aquel día.
- Acepto – respondió Teobaldo, y comenzó su travesía.
Recorrió todo el bosque, el pantano, el lago. Solo tenía tiempo hasta medianoche. Luego de tanto sufrimiento, temor y expectativa, en tres lugares distintos, vio brillar a las piedras. La primera, en el gineceo de las flores blancas del rosal; la segunda, en el interior de las tunas que allí crecían; la tercera, en el fondo del lago oscuro que rodeaba la construcción. Su astucia, inteligencia, y su espíritu de decisión y aventura lo ayudaron.
La bruja, su tía, sorprendida, liberó a los tres aventureros. Juntos emprendieron el viaje hacia la cabaña que pertenecía a Fermín y su hijo Oliverio. Allí y como agradecimiento, Fermín le dio a Teobaldo la mano de su hija, que, por suerte, había quedado enamorada de él, y él de ella, desde el primer momento en que se vieron. Teobaldo y Lucrecia (porque así se llamaba la muchacha), viajaron sobre Odorisio hasta el castillo y vivieron felices para siempre.

Seudónimo: Laureanna Watson
Nivel A (7º año)
Categoría: De la imagen a la palabra

¿Quién dice que todo está perdido?

Había una vez, en un pasado que nadie sabe cuando fue, que se cuenta esta historia. Esta es la historia de Carmela y Augusto. Cuando Carmela tenía 30 años, tuvo a su primer y único hijo, ¡era tan pequeño y dulce!

Cuando fueron pasando los años Augusto fue creciendo y a medida que crecía, la madre no sabía qué hacer, ya no tenía dinero para poder alimentar a su pequeño hijo.

Un día, como todos los demás, Carmela y su hijo, de 3 años, despertaron pero esta vez no fue por la luz del sol, sino por la luz de un hada. Ellos quedaron asombrados cuando la vieron, pero el hada les dijo:

-Quédense tranquilos… yo solo vengo a cumplir un deseo.- Dijo el hada.

-Pero ¿Cuál? ¡Si nosotros no hemos pedido nada!- Exclamó el pequeño

-No, pero yo los he visto… y sé lo que necesitan. Por eso ahora voy a convertir en príncipe a Augusto y a Carmela, la convertiré en reina. Pero antes la madre tiene que hacer algo.- Dijo el hada.

-¿Qué?-. Preguntó la madre preocupada.

-Antes de la medianoche tienes que ir al palacio y tienes que decirle al rey que lo amas, cueste lo que cueste. Una cosa más te diré se lo tienes que decir en frente de toda la comunidad.

Luego de estas palabras el hada se fue y la madre fue en busca del rey, mientras el niño había ido a mendigar por las calles.

La madre finalmente encontró el palacio, pelo luego de atravesar un bosque lleno de serpientes y cruzar el mar en una barca en pésimas condiciones.

Cuando vio al rey en frente de toda la comunidad corrió hacia el gritando: _ ¡Yo amo al rey! El rey impresionado gritó a los guardias:

- ¡Arresten a esta loca!

Luego de terminar su discurso fue en busca de Carmela y le dijo:

- ¿Porqué dijiste semejante cosa?

-Lo hice por mi hijo.- Dijo ella muy nerviosa, sin saber nada de lo que sucedería luego.

El rey Paulo ordenó que la dejaran libre, no podía arrestar a una madre que amaba a su hijo.

Luego de esto, la madre quería que la hada cumpla su promesa, ya que ella había arriesgado su vida, en busca de el cumplimiento de aquel deseo . Entonces el hada apareció y le dijo:

-Aquí está tu hijo.

Y de repente de un polvo mágico apareció Augusto.

- Mañana se celebrara la boda entre ti y Paulo. -Dijo el hada.
Así paso el tiempo, y Carmela y Paulo fueron felices por siempre, salud, dinero y amor nunca les faltó, al igual que Augusto.

Seudónimo:Carolina Misteriosa.
Nivel “A”
Categoría: De la imagen a la palabra

Nacidos de las nubes

Había una vez, en la década de los ’60 una científica que vivía muy alegre en la ciudad de New York. Se llamaba María Eugenia Gorinda y era muy inteligente, curiosa y siempre se obsesionaba con su trabajo.
Eugenia estaba investigando sobre una teoría que decía:
“La lluvia que vemos caer, en realidad, son hombres pequeños que nacen de las nubes”
Esto lo dedujo porque cierto día, que había estado lloviendo cayó una gota en su dedo y cuando la miro fijamente notó que esta se movía. Rápidamente metió esa gota en una bolsita de muestra y corriendo fue hacia su laboratorio. Allí vio la gota desde un microscopio y pudo observar un pequeño hombre. Pero éste huyo y Eugenia no pudo confirmar si lo que había visto era real.
Mientras todo esto sucedía en la ciudad de Eugenia, New York, existía otro mundo, Minilandia. Éste, era el lugar de “las gotas de lluvia”
Los pobladores de Minilandia vivían siempre tristes, eran pequeños, irasibles e idénticos entre sí. Este “mundo” era gobernado por un rey: Ruperto Golondrino. A diferencia del pueblo, él era alegre y entusiasta.
Cierto día, Eugenia estaba en su laboratorio, encontró una botella con un líquido extraño en su interior. Entonces, examinó sus componentes y vio que no tenía nada extraño. Luego, lo bebió. En ese momento, no sintió nada y se fue a dormir. Pero, cuando amaneció, ella se levanto y además de haber encogido de tamaño se encontraba en una tierra que desconocida: Minilandia.
Comenzó a ver muchos pequeños hombres, todos iguales entre sí, tristes y desolados. Eran como el hombre que ella había observado en su laboratorio ¡Esos hombres eran la lluvia!
En ese momento, le pregunto a uno de ellos:
- Discúlpeme, ¿Me podría decir donde nos encontramos?
- ¡Ignorante! Estamos en Minilandia donde nosotros, los nacidos de las nubes, somos todos idénticos. Ahora permiso, me está haciendo llegar tarde a trabajar – Dijo el ciudadano muy enojado, y se retiro rápidamente.
Ella totalmente pasmada siguió caminando y se topó con un hombre un poco diferente a los demás, estaba vestido de colores y tenía una sonrisa que mostraba su alegría. Eugenia, se alegró de verlo, y fue hacia él. Luego exclamó:
- Usted parece ser diferente del resto de los habitantes, ¿Quién es?
- Pues, yo soy el que gobierna esta ciudad peculiar, yo soy el rey de Minilandia. Debo decir que aquí yo soy el único alegre, siempre intenté cambiar el ánimo de los demás, pero nunca lo logré.
Luego, el pequeño hombre prosiguió a relatar el porque los demás lucían tan tristes: eran todos iguales y no podían reconocer a sus amigos o familiares, entonces todo era un caos.
Eugenia y el rey se hicieron amigos. Ella le contó su verdadera historia. Él, le contó sobre como ellos llegaban a este mundo tan extraño y difícil de imaginar. Todos los habitantes de allí nacían en forma de lluvia, es decir, nacían de las nubes. Además nacían ya adultos. Empezaban desde las nubes siendo gotas y a medida de que llegaba hasta el suelo se iban transformando en personitas. Este proceso duraba 5 horas.
Eugenia se empezó a interesar En el peculiar mundo donde se encontraba. Pero igual estaba segura que dentro de un tiempo iba a querer volver a su mundo y, por lo tanto, ya estaba pensando en juntar los materiales de la poción para poder hacer más de ésta.
Luego de esta interesante charla el rey le ofreció a Eugenia que se quede en el palacio hasta que vuelva a su mundo.
Pasaron los días y Eugenia ya tenía la poción lista, Pero luego de pensarlo un buen rato, se dio cuenta que no tenía razón alguna para volver al mundo de los humanos, ya que ella no tenía ni amigos ni familia. En cambio, allí se sentía como en casa.
Convencida de quedarse en Minilandia, cuando iba por la calle, tiró por atrás de su hombro la poción, ya que no la iba a usar. Cuando se fijó, divisó que la poción estaba sobre la cabeza de uno de los ciudadanos. Antes de que éste dirigiese la primer palabra de enojo, empezó a cambiar su vestimenta, su cara, su expresión: el hombre se había vuelto de color naranja.
Ella, totalmente sorprendida, al igual que todos los que estaban presenciando el espectáculo quiso averiguar si la poción funcionaba en todas las personas. Entonces, derramo lo que quedaba de la poción sobre ella, y luego de unos segundos cambió de ser un hombrecito como todos los demás a ser de color violeta y tener una gran sonrisa marcada en su cara.
Entonces, Eugenia entendió que su lugar era allí, en Minilandia, ayudando a todos estos pobres hombrecitos que solo querían tener una buena vida y un poco de color.
Desde ese momento todos empezaron a sentir alegría hasta en los momentos más tristes, empezaron a tener además de color un nombre. Cuando ya creían que nada ni nadie los iba a poder sacar de esa tristeza llegó la salvación y el feliz final.

Seudónimo: Pablo Martínez
Nivel:A
Categoría :De la imagen a la palabra"
Pintura: La que caen hombres del cielo

“Un vestido y dos casamientos”

Hace mucho, mucho tiempo había una joven princesa llamada Aurelia que vivía en el castillo de su reino junto a su padre, el rey Harold, quien gobernaba Bosque Templado. Aurelia tenía un rostro pálido como el marfil y cabellos oscuros que le hacían resaltar aún más sus ojos verdes y brillantes cual luciérnagas en una noche de verano. Su padre había pedido a su sirvienta, Cloe, que buscara a la costurera más famosa del pueblo para que ésta le confeccionara el vestido que usaría su hija el día de su boda, puesto qué se casaría con Edmond, príncipe de Colinas Aisladas. Pero esta decisión no la había tomado ella, sino Harold, ya que él lo consideraba un buen candidato. Aurelia no hubiera tomado esa decisión porque sabía que a Edmond sólo le interesaban las tierras que luego poseería y no la amaba verdaderamente.
Pero unos días antes de su boda, alguien habría querido robarse a los tres ancianos elfos que vivían en el bosque, rodeando el castillo. Esta vez habrían tenido mucha suerte: los elfos habían podido defenderse, pero no soportarían otro ataque debido a que su edad no se lo permitiría. Al escuchar esta desesperante noticia, el rey Harold decidió llamar a un campesino llamado Giomo que se destacaba por su fuerza y valentía, para que cuidara de los sabios elfos, ya que ellos tenían el don de mantener el clima a su gusto: favorable para los cultivos y las actividades que se llevaban a cabo en el pueblo. Fue muy estricto en la elección del cuidador ya que sólo la nobleza sabía de la existencia de estos magníficos seres y ahora un vulgar campesino se enteraría.
Pasaron dos meses y se acercaba la boda, pero como ya había pasado anteriormente, una nueva persona se interpondría entre la pareja de Edmond y Aurelia; esta vez sería Giomo. El joven encargado del cuidado de los elfos compartía mucho tiempo con la dulce princesa (en una ocasión la llevo al bosque para enseñarle las flores, sus aromas y los pájaros que allí habitaban y eso inquietaba al príncipe de Colinas Aisladas. A tres días de la boda, Aurelia le confesó a Edmond y al rey Harold:
-Perdonad las palabras que diré, pero a tan pocos días de tomar una decisión tan importante como la del matrimonio os quiero decir que no me casaré con Edmond.- Al escuchar semejante noticia, el futuro príncipe de Bosque Templado no comprendía lo que Aurelia quería decir. -Una nueva persona se interpuso en mi vida y me hizo descubrir el verdadero amor. Como ya sabed, hablo de Giomo, el humilde campesino que se prestó para ayudarte a ti, padre, sin que le dieras nada a cambio. Es con él con quien quiero pasar el resto de mi vida, y no contigo, príncipe de Colinas Aisladas.
Giomo suspiró profundo y se tranquilizó cuando escuchó que era él su amado, y no otro hombre aún más apuesto. Pero tanto Harold como Edmond se quedaron sin palabras, atónitos, anonadados… no comprendían como Aurelia podía enamorarse de un joven que no fuese noble, pero lo que ellos dos no imaginaban era que el casamiento no se cancelaría, sino que cambiaría el desposado.
Mientras tanto, en secreto, la princesa pidió a Cloe que reorganizara la lista de invitados y agregara a los campesinos. Pero este favor no pudo salir del castillo sin antes pasar por oídos de Harold. Entonces, al ver su equivocación decidió separarlos: a su hija la encerró en la torre más alta del castillo y no permitió que nadie pudiese entrar salvo él, Cloe y los elfos.
Cuando Giomo se enteró de que no volvería a ver jamás a su amada, acudió al Hada de la Fuente, que sólo los elfos y él la conocían. Esta vez con sus hechizos convirtió al muchacho en elfo, ya que así podría entrar al castillo, rescatar a su amada y escapar con ella. Para esto necesitaría la ayuda de sus tres elfos: ellos harían que una terrible neblina se apoderara del reino y aprovechando la escasa visibilidad, escaparían en busca de un lugar donde vivir tranquilos. Pero antes de que su plan comenzara el Hada dijo:
-Para que tú puedas escapar con la bella Aurelia, debes hacerlo antes de la medianoche o sino quedaras convertido en elfo de por vida.
El plan salió como se lo esperaba, con el aspecto de un viejo y sabio elfo, logró rescatar a su mujer antes de las doce y sin que nadie los descubriese. Nunca más se supo en Bosque Templado dónde pasaron el resto de sus vidas, pero sí se supo que juntos formaron una hermosa familia y vivieron felices por siempre.

SEUDÓNIMO: Tom y Jerry.
Nivel:A-
Categoría:"De la imagen a la palabra"

“Un sentimiento perdido”

Érase una vez en un lugar muy lejano, entre las montañas y en soledad, un anciano hechicero muy egoísta llamado Loberet. Él nunca quiso a nadie y no dejaba que se acercara ningún niño a su casa, se decía que tenía poderes y a cada persona que pasaba por ahí, el lo convertía en roca. Esta zona era muy alejada de todo, en la cima de la montaña más alta se encontraba la casa del malvado mago. Había pocas flores, y pocos árboles, debido a que era un lugar bastante frío y a veces nevaba.
Un día se acercaron tres niños a su castillo alto, tenebroso y escalofriante, y golpearon a su puerta. Al cabo de un momento, Loberet abrió la puerta y diciendo unas raras palabas intentó transformarlos en piedra, pero para su sorpresa, no pudo hacerlo. Entónces los niñitos dijeron:
-No nos puedes hacer daño porue somos ángeles enviádos por Dios, con la tarea de cambiar a la gente y hacerlos mejores personas, nuestros nombres son Paz, Armonía y Felicidad.
Por eso, los adorables chicos le propusieron un acuerdo, el mago debería resolver un acertijo en tres días y le dieron un apista:
-“El sentimiento que salvará tu alma del mal camino, encontrarás escito en uno de los tres grandes puentes” , si logras resolverlo te daremos una esmeralda mágica que te dará poderes ilimitados.
Y Loberet respondió: - acepto el trato..
Más tarde, esa noche, luego de cruzar el puente, el brujo deberá hallar en la primer montaña tres mensajes. Si con su inteligencia y saber logra decifrar el acertijo, antes propuesto, los ángeles le dirán donde está la esmeralda, Pero si no logra decifrarlo él hará lo que los seres celestiales le digan.
Al llegar a la montaña señalada, el hombre encontró estas palabras: ROMA, CAMINO y NO COMIENCES DEL PRINCIPIO. El anciano sonrió y satisfecho contestó, sin lugar a equivocarse:
-Ya lo he decifrado, “todos los caminos conducen a Roma”.
Los ángeles también sonrieron, se miraron y le respondieron:
- El verdadero significado no es Roma es Amor, “sigue el camino del amor”.
Así el hechicero, aceptó su derrota y les dijo a los ángeles:
- Los escucho, pueden pedirme lo que deseen.
Y ellos le contestaron:
- Debes deshacer el hechizo que haz hechado sobre las personas y los niños petrificados.
- ¿Y cómo hago eso? – Preguntó el brujo. Y los de puro corazón hicieron aparecer ,en ese mismo instante, la esmeralda brillante, pequeña y resplandeciente en sus manos y le dijeron al hombre:
- Debes arrojar esta joya al fuego y algo cambiará en ti.
Y el mago tomó la esmeralda y la lanzó hacia las llamas que estaban a su lado, alumbrando la noche. Y como los ángeles afirmaron, su corazón se transformó tanto que llegó a ser tan bueno y puro como el corazón de cada ángel.
Y así fue como Loberet llegó a amar a los niños, a las demás personas y llegó a vivir en su hogar con los sentimientos que cada niñito representaba, paz, armonía y felicidad.

Seudónimo: Anastrianna Jade
Nivel:"A"
Categoría:De la imagen a la palabra

Kiush, El Sueño Muerto

Había una vez, antes de todo lo conocido, cuando la tierra no rotaba ni giraba, existían cuatro regiones principales, Día, Noche, Atardecer y Amanecer. Eran esas épocas en que los sueños de la gente, al morir se hacían realidad no, a excepción de los sueños muy malignos, así que todo era posible, pero al morir.
Daín era de la familia Senco, una joven bella que vivía en Día. Su sustento era la cosecha. Su talento era pintar, mas allí mucho no había por hacer. Su sueño era irse a vivir a Atardecer, y pintar el atardecer, aunque eso requería un gran costo.
Un día llego un extraño aventurero a su cosecha a pedir harina y agua, Daín se lo dio con todo gusto y le alojarse allí. El extraño era Kiush, un joven aventurero que recorría el mundo en busca de aventuras y monstruos que matar a cambio de recompensas; Kiush era una importante persona, ya que era reconocido por matar a Kidra, el dragón del lago Cycia en Noche. El extraño también dijo:
- Es verdad soy un aventurero caza recompensas, pero ahora me eh tomado un descanso, y viajo por día buscando un ayudante- Decía Kiush, mirando a Daín.-, ya que con el tiempo los años se me suman y cada vez estoy más débil. Si no les molesta me quedaré aquí por un tiempo, necesito descansar, vengo de Noche y el viaje, aunque fue en caballo alado, duró mucho y estoy fatigado.
- Bueno yo creo que… -dijo el padre de Daín.
- ¡Que estaría bien que te quedes!- dijo Daín interrumpiendo a su padre, luego de verlo con unos ojos que pedían su aceptación.
Y así fue, Kiush se quedó a dormir en la humilde casa de los Senco. Al despertar, Daín le había preparado un desayuno exquisito, que Kiush lo comá con todo gusto, mientras Daín le decía:
- He pensado lo que dijiste anoche de que necesitabas un ayudante, y creo que podría ayudarte- dijo Daín sonrojada, aunque se podría haber expresado mejor pero ella era espontánea y extrovertida.
- Pues la oferta era para ti- dijo Kiush, que sabía que muy dentro de él, Daín le gustaba.
-¿Entonces…?- preguntó Daín, impaciente como siempre.
-Entonces pregúntale a tus padres-le contestó Kiush- y saldremos mañana ni bien nos despertemos.
- Está bien, con permiso, muchas gracias- dijo Daín, aún sonrojada.
Después del permiso de sus padres, que sabían que estaría en buenas manos con Kiush, además pensaban que podrían llegar a caerse bien y le encontrarían matrimonio a Daín, que por su espiritú sería muy difícil encontrarle pareja en día, donde todos eran calmos.
Ni bien se despertaron Daín y Varsellas, su madre, prepararon las cosas para el viaje, los calados, que eran una especie de caballos alados, pero que volaban por menos tiempo antes de cansarse, que los criaban en su granja. Mientras el padre de Daín le contaba a Kiush y le aconsejaba sobre Dain, y le decía que la cuidara.
Llego la hora, amarraron las viandas, se despidieron, y emprendieron vuelo.
No pasó mucho tiempo antes de que Daín tomara la palabra y preguntó:
-¿Hacia donde nos dirigimos?
-Hacia a Atardecer-dijo Kiush comentando algo más para ahorrarse de responder a que sería la siguiente pregunta de Daín- el viento está calmo llegaremos un día a mitad de camino pararemos a descansar.
Daín llevaba la comida y el armamento y casi todo el equipaje, después de todo para eso necesitaba Kiush un ayudante, además de otras pretenciones que tenía con Daín, ya que el sabía que le gustaba, por su belleza, su carisma, su niñez y la expresión de su cara, era lo que el nunca tuvo, por eso cuando la miraba se perdía en su belleza y en sus pensamientos.
Atardecer era un lugar mágico donde existía la magia y todas las criaturas que allí existían, pero Kiush ya iba con destino hacia una en especial, Jiún, el dragón que con su apariencia engañaba a la gente, y en realidad era uno de los más peligrosos, era un dragón que con su ternura convencía a todo mundo y daba lástima matarlo, pero si veías en sus ojos veías la maldad que con sí llevaba; Kiush estaba más que decidido a matarlo.
Llegaron a mitad del viaje, aterrizaron a descansar, mientras los calados tomaban agua y pastaban. Conversaban, el cielo estaba en un tono dorado, ya se iba atardeciendo, Daín pensaba en el día perfecto con el hombre perfecto, que le encantaba, cuando volvió de sus pensamientos, Kiush estaba a menos de un centímetro de su boca, fue en ese momento cuando tuvo su beso perfecto en el “día” perfecto, “todo lo perfecto”, pensaba ella.
Luego de un rato, se prepararon y partieron rumbo a Atardecer, esta vez hubo más viento y empezaban a aparecer nubes grises sobre el cielo, y cuando ya el ido empezaba a atardecerse, empezó a llover muy fuertemente y aterrizaron de enseguida, dejaron a los calados atados a un árbol y armaron una carpa, donde se refugiaron. Entonces, se divertían oyendo los sonidos de las criaturas mágicas, de aquel mágico lugar; entonces Daín le contó sobre su sueño de tener una pintura ella por echa de Atardecer, y el dijo:
- Con razón traías esas pinturas, no te preocupes podrás pintarlo; luego que venzamos a Jiún; pero yo también debo revelarte un secreto- decía Kiush con voz alta por que la lluvia tapaba su tranquila voz, sacó su espada de su funda y continuó diciendo-, esto es una espada mágica, me la hechizó, un viejo mago sabio de Noche, dijo que duraba un cierto tiempo, no me acuerdo cuanto, pero cuando se acabe ya seré un fuerte guerrero y no la nesecitare, lo que hace es que si la clavo en alguien esa persona muere sí o sí.
Cuando Daín estaba por hablar sonó un estruendo, y salieron e la carpa: Era Jiún en busca de guerreros indefensos. Jiún fue corriendo hacia Daín, pero ella alcanzó a tirarle un flechazo en el ojo, entonces el dragón se detuvo y empezó a mullir, mientras Kiush desenfundaba su espada, esta, hizo un resplandor, eran las doce, era la misma hora de hace un año a la medianoche cuando el viejo mago le había hechizado la espada, el encantamiento, que solo duraba un año, había dejado de surgir efecto, pero Kiush no estaba ni enterado de esto; el monstruo dejó de mullir y fue al ataque de Daín, entonces apareció frente del monstruo Kiush montado a calado, intentado defender a Daín, entonces le clavó la espada, y esperó a que cayera rendido, pero fue así al monstruo solo le hizo un rasguño, entonces Kiush se dio cuenta y empezo a luchar contra el monstruo, hasta que este lo empujó la tomó a Daín del brazo y la arrojo lejos del lugar, sus flechas ya no le molestaban,y entonces, devoró a Kiush; antes de que Daín llegará a gritar apareció herida, pero viva, en la montaña más alta de Atardecer, con un pincel, muchos colores y un papel delante, listo para pintar la bella vista de atardecer, entonces comprendió que el deseo de muerte de Kiush había sido cumplir el sueño de Daín, entonces fue como pintó la hermosa pintura, en honor y en nombre de Kiush, pero antes de regresar a Día mató al monstruo con la espada de Kiush, y de donde sacó la fuerza para hacerlo, sigue siendo un misterio.
Después de 9 meses nació un hermoso bebé de Daín al que llamó Kiush y él le devolvió la felicidad, y el deseo de vivir, y juntos con su familia, con el recuerdo vivo de Kiush padre, vivieron Felices para siempre.

Seudónimo: Paramore
Nivel: A
Categoría: De la imagen a la palabra
Imagen elegida: Xul Solar

Más allá de los rincones de Ninmún

-Más allá de los rincones de Ninmún, y de los ríos del Moral, se encuentra “la selva tenebrosa” temida por los animales que habitan en ella y por la oscuridad impenetrable a toda hora:
-Laila, ¿qué animales hay allí?-Preguntó Nina.
-¡No interrumpas!-Protestó Tina.
-Bueno, hay tucanes, tigres, monos, murciélagos, y criaturas como duendes.-Respondió Laila. Nina Dijo: -¿Has ido alguna vez?-.Y Laila respondió:-No, claro que no, pero lo deseo Nina.
Por supuesto que Laila no había ido ,los pocos que lo han hecho no han regresado jamás.Ella era una doncella que vivía en Ninmún con sus hermanitas menores en una casa no muy pequeña.,. A Laila le gustaba mucho salir, ir a la feria a comprar, o llevar a sus hermanas menores, Tina y Nina, a jugar al bosque. Laila es muy valiente, linda y respetuosa; sus ojos son de color miel, de cabellera rubia, su piel de tez blanca y sus pies muy finos.
No muy lejos de la casa de Laila, se encontraba el palacio real, donde vivía el rey Kail, la reina Alba y su hijo el príncipe Roy. El cual es muy bello, talentoso y rico, todas las doncellas lo aman excepto Laila. Él quería formar una familia, casarse con la mujer que ame, y tener hijos herederos al trono; pero estaba harto de que lo persiguieran por lo hermoso que era, sus ojos son verdes, de cabello negro, piel blanca y es muy fuerte.Sin embargo, Roy aún no ha encontrado a la doncella correcta pero él quiere hallarla.
Un día soleado, en el bosque de los Tulines, Tina, Nina y Laila jugaban a las escondidas.Hasta que Nina propuso un juego:-¿Que tal si jugamos a que nos íbamos de aventuras?. Laila aceptó, dijo que era el dragón, y empezó a correrlas para atraparlas.Tina y Nina corrían y gritaban.
Justo pasaba por allí el príncipe, que las vió ahí jugando, pero se detuvo un momento para observar a Laila.Bajó de su caballo y le dijo:-¿Pero quién es esta bellísima doncella?- Y ella respondió:-Mi nombre es Laila.Entonces Roy dijo:-Ah ya sé quién eres, la joven que quiere ir a la selva tenebrosa. Bueno, tengo una propuesta para ti, mi madre, la reina Alba, calló enferma por la peste Cadul.Por desgracia la única cura la tienen los dragones.¿Te gustaría ayudarme en la aventura?

Los dragones viven en Drokens, pasando la selva tenebrosa, solo los hechiceros lograron llegar allí. La joven aceptó.Roy términó de hablar:-Partiremos mañana, te recomiendo que te prepares.
Al día siguiente Laila estaba lista para salir en busca de las medicinas, las niñas se despidieron de su hermana y le preguntaron cuándo regresaría, Laila les respondió que no sería en mucho tiempo. Sin embargo, ni ella ni el príncipe sabían lo que les esperaba.
Salieron temprano a caballo para la entrada principal de la selva tenebrosa que estaba a un paso más desde cruzar el río del Moral.Cuando llegaron a la entrada leyeron los carteles y los mapas, Roy vió que uno de ellos decía: Si la selva haz de cruzar a pie deberás llegar.Dejaron los caballos y caminaron unos cuantos kilómetros, pero en un momento de su caminata notaron que oscurecía aunque fuera de día. De repente escucharon ruidos raros, y empezaron a mirar porque los animales estaban muy escondidos.Laila no tenía miedo, pero si curiosidad.
Mientras ellos caminaban, cerca de allí, estaba Crow, un duende que vive en una choza solo. Se siente muy solitario, pero ama conversar, leer, divertirse y que lo visiten; sin embargo nunca van a su casa, hasta hay veces que habla con los árboles porque le teme a los animales.Es muy miedoso.
En ese momento Crow salió a regar las plantas de a fuera de su choza, y oyó unos pasos, eran Laila y Roy. Primero se asustó, pero trató de mirar y se dio cuenta de que eran humanos y les hizo señas.Laila preguntó quién será . Pero en ese momento Crow gritó: -¡Hola, soy Crow!.El duende los hizo pasar a su casa, los jóvenes aceptaron ya que tenían hambre y estaban cansados de caminar.Crow les ofreció comida, y les empezó a contar quién era. Roy le explicó por qué estaban en la selva y le preguntó a Crow si sabía algo de los dragones.Entonces el duende dijo:-No no, lo que yo sé es lo que todos saben. Mira, los dragones no son confiables, tu buscas a Expirens, el más sabio de los dragones, que por suerte no es maligno como muchos de ellos. Pero no es tan sencillo.-Roy quiso saber:-¿A qué te refieres?
-Debes darle algo a cambio a Expirens, algo como un pergamino.
Crow le entregó a Roy un pergamino, que le habían regalado hace tiempo.
Roy le agradeció mucho, luego todos fueron a dormir, les quedaba un largo viaje por la mañana. Al despertar, Laila invitó a Crow que fuera con ellos, entonces él cerró la vivienda y se fueron. Tuvieron largo trayecto, en el cual Crow hablaba mucho con Laila y Roy solo los miraba, cansado, si él estaba agotado.De repente algo les gruñó de entre los arbustos, Laila estaba al frente, Roy y Crow detrás de ella. El rugido se repitió varias veces, pero esta vez se le veían los dientes a lo que fuera que fuese que estaba detrás de los arbustos.
-¡Es un tigre wuyó!-Gritó Crow, cuando el animal ya se había mostrado.
Después de gritos por parte del duende, y vueltas en círculo, Laila le clavó una lanza a la bestia. Roy y Crow se quedaron muy sorprendidos, la muchacha les reveló que el padre en algún momento cazaba con ella muchos animales.
En seguida retomaron la marcha hacia las montañas Drokens, hasta que llegaron a una cascada ,según Crow, estaban en buen camino. Se sentaron a descanzar y comer, ya hacía tres días que caminaban sin cesar.
-¿Qué haremos si el dragon no tiene la medicina?-Preguntó en eso Laila.
-Pues, Expirens si no la atesora, sabe dónde conseguirla-Respondió Crow-Y si es así, esperemos que no sea muy lejos.Roy consultó:-¿Cuánto tiempo falta para llegar a Drokens?- Crow se puso la mano en la boca como si estuviera pensando la respuesta:-Puede que sean cinco días, pero de selva solo nos quedan dos.Falta el tramo desde el fin de la jungla hasta las montañas.
Los siguientes cinco días pasaron las cosas como las indicó el duende.Cuando dado período pasó,llegaron a las montañas Drokens, había muchos dragones volando por el cielo y muchos miraban a los recíen llegados mal. Avansaron como el duende los guiaba, hasta que vieron un gran palacio. El enorme palacio brillaba de esplendor, allí vivía Expirens; entonces Roy sacó el pergamino. Una vez dentro de allí, cercanos a Expirens, Roy se presentó:-Somos de Ninmún, venimos en busca de una cura para la enfermedad Cadul.Yo soy el príncipe Roy, y ellos son Laila y Crow.Expirens respondió:-Sean bienvenidos humanos de Ninmún, pero según dijo necesitan de mi ayuda -Si, usted posee una medicina ¿o no?-Exclamó Laila.-No, yo solo poseo un pergamino con un hechizo.El dragón les dio el pergamino a cambio del otro.
Al regresar a Ninmún, Crow se mudó con Laila, la cual un mes después se casó con Roy y vivieron felices por siempre.
Seudónimo: Marta Legrind
Nivel:"A"
Categoría:De la imagen a la palabra

La danza prohibida

Todo parecía transcurrir como siempre aquella tarde soleada de Julio, en High Green, un pequeño pueblo de Inglaterra. El cielo, por momentos de un azul encandilante, le otorgaba cierto brillo al césped en el que me encontraba desplomado, sin ningún pensamiento relevante en mi cabeza. La fantasía de que algo sorprendente ocurriese de pronto estaba tan lejana de mi mente, que cuando la veía acercarse a lo lejos la espantaba presuroso; no debía soñar con lo imposible, era algo que mi padre me había inculcado desde pequeño. Sin embargo, esa tarde sucedió algo por fin importante en mi vida, algo de lo que no lograría olvidarme jamás. Una camioneta desvencijada y con algunas manchas de óxido se frenó delante de mi lugar de descanso. Me senté para contemplar mejor la escena; de la camioneta descendieron 3 personas. Parecían amables, era una familia pequeña, solo los padres y una niña. Siempre admiré a esas familias ordenadas y planificadas; en la mía solo éramos mi hermano, mi padre y mi abuela. Mi hermano trabajaba junto a mi papá en las minas de carbón, por lo que no pasaban tiempo conmigo porque debían pasar la mayor parte del día allí. Mi abuela era muy anciana para preocuparse de mi crianza, además ya estaba sorda y no comprendía lo que realmente sucedía, igualmente era una muy buena mujer y siempre tenía algún comentario sabio que decir.
El hombre descargó varias maletas del interior del vehículo y observó detenidamente el lugar. Su mirada se posó en mí y me sonrió. Los tres pares de ojos apuntaron en mi dirección, lo cual me hizo sonrojar un poco. La mujer me hizo una seña para que me dirigiera a ellos; como respuesta, me levanté dando un pequeño salto y crucé la calle velozmente. A partir de entonces, no me separé de ellos. Todas las tardes las pasaba con ellos, ayudando y aprendiendo de su estilo de vida. La madre era profesora de ballet y el padre trabajaba en una fábrica de barcos. La pequeña Marie tan solo tenía un años menos que yo, juntos jugábamos a las escondidas y a otros juegos de niños. Yo le enseñaba algunas de mis técnicas de boxeo, que era la pasión de mi padre y me la había querido transmitir a mí aunque con muy poca suerte, y Marie me enseñaba alguno pasos de baile que su madre le había enseñado.
Nos divertíamos a rabiar, sobretodo cuando bailábamos. Era una superación día tras día ya que a veces su madre nos ayudaba a perfeccionar nuestra técnica, y era muy exigente porque le disgustaba que hiciéramos los pasos a destiempo. El ballet era algo asombroso para mí, tanto que me parecía aún más emocionante que el boxeo. Siempre a la noche escuchaba música y comenzaba a bailar solo en mi cuarto, para al día siguiente demostrarle a Marie mis nuevos progresos. Debía tener sumo cuidado en no despertar a mi padre, porque sabia que no le agradaría en lo absoluto la idea de verme bailando. No era un hombre de mente abierta, así que era bastante previsible cuales iban a ser sus pensamientos.
Un día como los demás, a Marie se le ocurrió la idea de dar un paseo por el lago, donde según ella podríamos bailar al aire libre y así inspirarnos con la naturaleza para crear alguna bonita coreografía que luego le mostraríamos a su madre. Así lo hicimos, los dos bailamos a la orilla de la laguna hasta que oscureció. No nos dimos cuenta de la hora hasta que un gritó rompió nuestra pequeña atmósfera ensoñadora. Era mi padre, furioso y con los ojos centelleantes de ira. Me levantó del pescuezo y comenzó a zamarrearme de un lado al otro, como si no sintiera el dolor y la humillación o quizás eso era lo que el quería transmitirme. Luego de proferirme una serie de gritos ininteligibles, me demostró toda su decepción con tan solo una mirada y me ordenó que lo siguiera. Miré a todos lados buscándola pero Marie ya no estaba, de seguro se había asustado ante la presencia sanguinaria de mi padre y había corrido a su casa. Pero no tenía tiempo de preocuparme por ella, la peor parte me tocaba a mí. Al llegar a mi hogar mi padre me prohibió volver a visitar a mis vecinos adorados y me puso en custodia de mi abuela, que a partir de entonces no se separaría de mí. Igual para mí fue un alivio, sabía que sería muy fácil deshacerme de ella con cualquier mentira. Así que me las ingenié para poder seguir yendo a lo de Marie a bailar ballet y practicar incansablemente el que, desde hacía poco tiempo había comenzado a ser mi pasión, mi único propósito en la vida. Esta vez mi padre no me descubriría. Y no lo hizo, pasó una semana, dos, tres. Cada día mejoraba más y más. La madre de Marie quería ocultar su sonrisa de satisfacción cada vez que me veía realizar mi rutina, pero le costaba horrores. Estaba muy complacida conmigo, por lo que se decidió a proponerme algo. Me mostró un afiche de un concurso de ballet y me anunció que me había inscripto junto con su hija y que depositaba su plena confianza en mí. El primer premio era una pasantía en una reconocida escuela de ballet de Londres; era mi gran oportunidad para no continuar en aquel mugroso pueblo siendo un minero del montón! El único inconveniente que teníamos era que el concurso se realizaba en Manchester. Necesitábamos dinero para la inscripción y para los pasajes y por último pero lo más complicado de conseguir, el permiso de mi padre, ya que el único que podía firmar en la inscripción era el responsable de mi persona.
Lo primero que realizamos fue encarar a mi padre y decirle la verdad, demostrarle que el ballet era lo que realmente me identificaba, lo mas importante que tenia y lo único que me llevaría a ser alguien en la vida. Quería que el aceptara lo que era yo, que me aceptara tal cual soy. Al principio tenia miedo de enfrentarlo, tenía miedo de que me golpeara como muchas veces hizo, que pensara que era menos hombre que el y mi hermano tan solo por disfrutar del baile, magnifico baile que llenaba mi alma de la manera en la que mi familia nunca pudo llenar. Por suerte, Marie y su madre se ofrecieron para apoyarme en el momento de contar la verdad. Cuando me vio con ellas, volvió a tener esa mirada de decepción, aunque esta vez no poseía esa furia que tanto me aterraba. Comenzó Marie explicando mi situación con el ballet y el concurso pero luego yo tomé valor y le pude decir lo que realmente sentía, lo que realmente le quería comunicar. No pude retener las lágrimas mientras daba mi discurso, y creo que eso fue lo que ablandó el corazón acorazado de mi padre que me proporcionó un abrazo, cálido y reconfortable, un abrazo como el que nunca me había dado en su vida.
Tras haberme sacado ese gran peso de encima, mi única preocupación a partir de entonces fue lograr lo mejor de mí. Quería ganar y debía hacerlo, estaba decidido a realizarlo por mi padre. Esa semana estuve yendo varias horas a la casa de Marie a practicar sin parar, sentía como los pies me sangraban al dar esos pasos en puntapié pero no me podía rendir, era una oportunidad única en la vida. Con el tema del dinero, mi padre hizo algo realmente valeroso que me confirmó aún más que debía ganar en su honor; vendió las joyas que pertenecían a mamá.
La fecha se acercaba día a día, y mis ansias aumentaban con el correr de los días. Tenía un pequeño calendario en el que iba tachando las fechas que parecían interminables. Cuando al fin llegó el momento de partir, no podía creer que se hubiera pasado tan rápido, era una paradoja.
Indescriptible fu la sensación de subirme al tren que me llevó hasta Manchester. Casi no pestañeé en el transcurso del recorrido, mirando atentamente todo y tratando de conservar los recuerdos en mi memoria. El lugar del concurso quedaba a pocas cuadras de la estación, por lo cual no fue difícil ubicarme en aquella ciudad desconocida para mí. Al llegar al sitio estaba repleto de niñas con sus madres, las cuales me miraron de manera extraña. No logré comprender por qué la mente humana tiene tantos prejuicios, es algo que nunca podré entender tampoco. Sin embargo no le di importancia, yo estaba ahí por mi, por mi padre y mi madre, le debía todo a ellos, no era importante lo que podrían decirme ni me afectaría tampoco. Dejé la mente fría, quería recordar los pasos debidamente, no tenía ningún margen de error. La espera fue dura, vi a las otras concursantes, muchas de las cuales era muy talentosas, tanto que me hicieron dudar si yo era suficiente competencia para ellas. No podría soportar una derrota, ese era mi peor defecto, el miedo a perder algo o alguien realmente importante me aterraba. Ya lo había vivido y la impotencia que se siente es indescriptible. El saber que no hay nada que hacer luego de afrontar una pérdida, que lo perdido, perdido está es la sensación más ardua que alguna vez tuve que desafiar.
Finalmente, mi turno fue concedido. Mi mente estaba únicamente allí, controlando mis pies y mis movimientos con absoluta destreza. Mis oídos estaban completamente agudizados para que cada movimiento concordara con la esplendorosa música que había escogido para mi acto triunfal.
Cuando fue la hora de anunciar a los ganadores, repetí para mi mismo mi nombre incontables veces. Quería que eso fuera lo que escuchara. Mi nombre. Eso fue lo que escuché del juez que se encontraba en frente de todos los participantes. Todas las niñas clavaron su mirada en mí, que me desplomé de rodillas en el suelo y sollocé lentamente. Era demasiado irreal, algo bueno al fin me sucedía, tanto esfuerzo había valido la pena. Podría demostrarle que de verdad valía algo a mi padre, podría continuar bailando el resto de mi vida, podía fanfarronear con Marie, hermosa Marie, ya me imaginaba la sonrisa que me proporcionaría cuando regresara. Me sentí tan feliz, radiante de alegría, que no lo podía asimilar. Al fin, por primera vez en mi vida, se me había cumplido un sueño.


Seudonimo : Cat malfoy
Nivel C
Categoría: De la imagen a la palabra