domingo, 26 de octubre de 2008

Ciudadanos hechizados

Érase una vez, en una tierra lejana un glorioso imperio que era gobernado por un rey que no le hacia faltar el alimento a su pueblo ni el empleo ni el techo. Este rey llamado Clohionor era bueno, piadoso y generoso. Él gobernaba con paz y tranquilidad sin ningún tipo de inquietud. Hasta que empezó a notar que los ciudadanos que se iban fuera por un tiempo, llegaban sin memoria alguna como si los hubiesen hipnotizados o lavado el cerebro.
Al darse cuenta de esto, el rey decidió actuar: primero le prohibió a todos sus súbitos que salgan del reino. Y ya no podía llegar gente extranjera sin entrevistarlos con veinte mil preguntas y comprobar que no estuviesen hipnotizados. Luego con la gente que quedó en la ciudad, a los hipnotizados, se los separo del resto de la gente y se les preguntó un montón de detalles y ellos respondían que no se sabía nada. Finalmente el rey mando a toda su guardia real a investigar en las afueras del reino. Algo debía estar ocurriendo era lo que pensaba frecuentemente.
Pasadas algunas semanas Clohionor se empezó a tranquilizar. Pero su calma no duro mucho al enterarse que su hija le había desobedecido y había salido de la ciudad y vuelto hipnotizada. Su hija, llamada Clarie era amable, inteligente, un poco caprichosa y aventurera: le encantaba conocer nuevos lugares. Y si eso implicaba romper las reglas y desobedecer ella lo hacia.
Clarie ya estaba en edad de casarse, y debía hacerlo pronto. Pues ella era la única heredera al trono de su padre.
Varias semanas antes su padre le había presentado a ella varios muchachos, hijos de varios diplomáticos importantes. Pero ella siempre se escabullía cuando venían a verla sus pretendientes, siempre decía que era despistada y no se acordaba.
El rey de esta zona ahora si, estaba realmente furioso, pues su imperio de paz y tranquilidad se había convertido en un lugar de robots, gente hipnotizada. Este se puso a diseñar un plan, debía haber algo que el pudiera hacer. Más tarde resolvió llamar al soldado de la guardia real y preguntarle si algún soldado fue hipnotizado. Este responde que solo cinco. Entonces el rey da la orden de seguir a los hipnotizados y ver adonde iban. Pasados algunos días Clohionor se da cuenta que los hipnotizados desaparecen por la medianoche y aparecen al amanecer. Y también se da cuenta que un extraño dolor le invade todo el cuerpo. El rey se preguntaba que era lo que sentía y siempre le preguntaba a su médico si se iba a curar.
Así, con la ciudad hipnotizada el rey cayó enfermo y los soldados fueron todos capturados e hipnotizados. El rey pensaba que moriría sin esperanza de salvar su reino.
Mientras ocurría esto en el palacio, un aldeano del reino llamado Rilan se pone al tanto de lo que sucede. Y se propone salvar a la princesa Clarie y a todo su pueblo. Rilan hacia tiempo que estaba esperando una oportunidad así para salvar a Clarie y conseguir casarse con ella. Se puso a pensar que hacer para salvarla y no ser hipnotizado. El resolvió escabullirse a la medianoche con los hipnotizados que abandonaban la ciudad. Los siguió sigilosamente sin que lo vieran hasta que llego aun gran fuerte donde penetraron. Él lo intento de todos modos no pudo entrar en el. Era mágico y estaba encantado para que la gente humana no entrara. Rilan intento ver a través de la cerradura de la puerta que había pero nada vio: estaba vacío. Cuando se dio vuelta vio acercarse un grupo de hipnotizados y decidió escabullirse con ellos. Esto funcionó y logro entrar: allí había miles y miles de personas trabajando en construir la más majestuosa ciudad que el haya visto. El relieve ere todo escarpado. La gente construía puentes que conectaban los edificios, un palacio enorme en el centro y muchas otras cosas más. Los obreros eran la gente hipnotizada del pueblo y miles de extranjeros que él no conocía.
Rilan, luego de observar todo esto, desvió la mirada para lograr ver al monstruo capaz de controlar así a las personas. A darse vuelta vio a “La Bruja Malevi”, esta era insolente, egoísta y muy persistente. Su corazón estaba lleno de mentiras y odio. A simple vista Rilan la observo con un gran vestido negro y un amuleto que sostenía en su mano derecha. Era como una esfera, era gris y pesada. Esto era el amuleto mágico que Malevi usaba para lavar el cerebro a las personas.
Malevi gritaba:
-Vamos mis súbitos apurad el paso que mi reino no se construirá solo.
Acto seguido Malevi lo observa y grita:
- Un intruso. A ti humano te condenaré a vagar por un laberinto indescifrable y a no salir de el nunca a menos que tengas un ingenio espectacular y logres descubrirlo.
Ante esto el muchacho contesto:
-¡Eso nunca!
Rilan por todo el amor que tenía por Clarie se empeño en descifrar el laberinto aunque le costara un montón. Paso mucho tiempo sin que lograra salir, hasta que luego de varios días doblo por el último pasillo y logro salir. Ya afuera corrió lo más rápido que pudo hacia la bruja, pero esta le mandó otro hechizo y lo colgó del árbol más alto que él haya visto. El con su fuerza e ingenio logro salir victorioso de aquí también y gritó:
- ¡No falta mucho pase dos pruebas!
Acto seguido tomo a Clarie por la espalda y se la llevó, pero la bruja lo puso en una piscina con tiburones pero Rilan logro escapar. Todo mojado corrió con todo ímpetu hacia donde se encontraba el amuleto de Malevi, ella no lo vio venir y Rilan la sorprendió quitándole el amuleto de la mano. De esta manera la bruja perdió su poder y ante un grito desgarrador se esfumó por los aires.
Luego de volver a la normalidad a todos, Rilan fue recibido en su reino como un héroe; y Clarie llegó a su casa corriendo a ver que le ocurría a su padre. Luego que Clarie le haya contado todo a su padre, este vuelve feliz a reinar sobre su pueblo; ya librado de su enfermedad.
Entonces el rey le explica a Rilan:
- Muchacho por todo tu trabajo nuestro reino se ha liberado.
Y Rilan contesta:
- Así es señor.
Entonces Clohionor pregunta:
- ¿Qué es lo que deseas?
Y el joven manifiesta:
- Deseo tomar por esposa a su hija.
Que así sea - responde el rey.
Y así el reino volvió ha ser un imperio de paz y tranquilidad. Y Rilan y Clarie vivieron felices por siempre.


Seudónimo: Laura Partaltti
Nivel: A “séptimo”
De la imagen a la palabra (Pintura: XUL SOLAR)

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